Los incendios en España este año han quemado ya una superficie superior a las dimensiones de la isla de Mallorca. Más de 400.000 hectáreas han ardido en Galicia, Castilla y León o Madrid, con especial virulencia estas últimas semanas y los diferentes cuerpos de bomberos forestales se han desplegado para tratar de contener el fuego. Diferentes cuerpos, que agrupan a unos 25.000 efectivos en todo España, con diferentes condiciones laborales, que entrañan unas brechas salariales de casi 1.500 euros mensuales entre comunidades autónomas y que desde el sindicato UGT han salido a denunciar este martes en rueda de prensa. “Es evidente que los incendios matan, mata la precariedad y mata la falta de prevención”, ha afirmado el responsable federal de Bomberos Forestales de UGT, Francisco Javier García.
La gran mayoría de competencias de gestión forestal en España están descentralizadas en las comunidades autónomas, por lo que en el país hay al menos 17 cuerpos de bomberos, con sus respectivas condiciones laborales (salarios, turnos, formación, etc), además de efectivos movilizados por ayuntamientos u otros entes municipales. Y entre esos distintos cuerpos hay diferencias muy sustanciales en cuanto a remuneraciones, así como en el número de meses que están activos (y cobrando) a lo largo del año, ya que la presencia de fijos discontinuos es recurrente a lo largo y ancho del territorio, según denuncian desde la UGT.
Por ejemplo, en Catalunya el cuerpo de bomberos está eminentemente compuesto por personal funcionario, lo que le confiere mayor estabilidad a lo largo del año y mejores sueldos. Tal como figura en las tablas retributivas de la Generalitat, el bombero que combatiría los fuegos que hoy azotan el noroeste español percibe mensualmente 2.970,65 euros brutos, que podrían llegar a 3.309 euros si fuera un bombero de primera. Unos sueldos que prácticamente doblan los de un bombero forestal castellanoleonés, que no pertenecen al cuerpo de funcionarios y sus condiciones laborales son peores.
Fuentes consultadas del cuerpo de bomberos reconocen que su situación es sustancialmente mejor que la de otros territorios, si bien también remarcan que efectivos de cuerpos auxiliares, como los equipos de prevención activa forestal (EPAF), son imprescindibles pero cobran salarios más cercanos a los leoneses que a los suyos. Otra crítica es que los aspirantes a bomberos perciben un salario inferior al equivalente del SMI.
De Galicia a Andalucía
El sindicato ha recopilado datos de parte de las comunidades autónomas, no de todas y cuerpos como el vasco, el navarro o el extremeño no figuran en su informe. Entre las 10 comunidades autónomas analizadas sí figuran los servicios de bomberos forestales más implicados en los incendios de estas últimas semanas, como el castellanoleonés o el gallego. Es precisamente el primero uno de los que peor paga a sus bomberos forestales, con salarios brutos de 1.510 euros mensuales. En la comparativa de UGT solo salen peor parados los bomberos canarios, que cobran 1.500 euros brutos mensuales.
«¿Por qué se va la gente? A muchos no les compensa. Un profesional debe poder vivir de su profesión, no trabajar solo cuatro meses al año», ha afirmado el responsable federal de Bomberos Forestales del sindicato. Y es que en algunos territorios es habitual que los servicios de bomberos tengan la categoría de fijos discontinuos y solo los llamen para trabajar durante parte del año, coincidiendo con las épocas más calientes, para luego suspenderlos y dejarlos sin salario hasta la próxima temporada.
Desde la central han reclamado a todas las fuerzas políticas que apoyen un pacto de estado contra la crisis climática como el que plantea el Gobierno, apuntando directamente al PP. También han criticado los planteamientos de endurecer las penas contra los pirómanos y demás infractores, ya que alertan de que «vamos a tener las penas más duras del mundo pero nadie va a atrapar a los pirómanos porque no habrá nadie sobre el terreno», ha afirmado el portavoz del sindicato profesional de Agentes Forestales y Medioambientales de UGT, Juanma Antón.
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