Un tipo gigante, pelo largo despeinado, una barba poblada, con pintas de jugador de baloncesto… si alguien viese al Reilly Opelka (Michigan, 1997) actual se podría pensar que está delante de un hombre de las cavernas. Lo que muchos no saben, sin embargo, es que detrás de esa mirada perdida se esconde una de las historias de superación más impactantes de los últimos tiempos en el mundo del tenis.
La carrera de todo tenista es siempre una constante prueba de superación. Lesiones, malos resultados, nostalgia por los suyos… pero pocos han tenido que pasar por lo que este gigantón de 2,11 metros desde que empezara su calvario a finales de 2022. Fue por esos tiempos cuando a Reilly, que por aquel entonces llegó a escalar hasta la 17ª posición del ranking ATP, empezó a sentir unas molestias en su cadera. Las molestias fueron derivando en dolor, el dolor en un suplicio y finalmente se volvió un auténtico calvario.
Un calvario interminable
Descubrieron al cabo del tiempo que el tenista sufría un tumor benigno en su cadera que había empezado a incrustarse poco a poco en las articulaciones. No tardó en ser intervenido por sus dolores, aunque fue necesaria una segunda intervención meses después para limpiar la zona de restos óseos que habían quedado dentro de la cadera. «El tumor se movió y se atascó en mi articulación, literalmente no podía mover la pierna. Literalmente no podía caminar cuando me levantaba. Entonces me inyectaban un líquido y podía volver a caminar de nuevo, pero las piezas se habían roto y había fragmentos en mi articulación de la cadera”, llegó a relatar Opelka.
Relly Opelka / AFP
Los dolores fueron cesando, Reilly empezó a ver un poco de luz al final del túnel… pero cuando más cerca estaba de abandonar el pozo, la vida volvió a golpearlo de lleno. Se lesionó de la muñeca, aunque esta vez no corrió la misma suerte; el estadounidense vistió un cirujano que no estuvo acertado durante la operación y la zona se infectó todavía más.
Mientras, el mundo del tenis avanzaba sin su presencia. Fueron dos años que el estadounidense estuvo sin competición, un periodo de tiempo demasiado largo para un tenista que se planteó incluso la retirada: «Claro que pensé que en retirarme, estaba listo para dejarlo, soy muy consciente de lo que viví. Creo que soy bueno para sacar lo mejor de mí en ciertas situaciones pero, en este caso, me fue muy difícil”, admitió Opelka.
Opelka supera la tormenta
Y llegó julio de 2024. En el ATP 250 de Newport, Opelka demostró que por muchos problemas físicos que pudiese atravesar, su mejor tenis seguía estando presente. Llegó a cuartos en su primer torneo, fue mejorando sus prestaciones poco a poco hasta conseguir a principios de este 2025 la victoria más importante de su carrera. Llegó ante Novak Djokovic en Brisbane con una exhibición del estadounidense que dejó sin opción al serbio.
Ahora, Reilly vuelve al US Open con la sonrisa de aquel que ha superado la más temible de las tormentas. Su premio ha sido enfrentarse a Carlos Alcaraz en primera ronda, aunque haría bien en no confiarse el murciano; Opelka es todo un maestro al servicio que se ayuda de sus 2,11 metros de altura para imponer su ritmo al saque. Si a eso se le suma una derecha que cada vez tiene mejor pinta, el resultado es el de un tenista que puede dar un susto a cualquiera en el circuito. Y si no, que se lo digan a Djokovic.
A nivel deportivo, Opelka también es conocido por sus múltiples multas en el circuito. De ser sancionado con 60.000 dólares por llamar «idiota» al juez de silla en Indian Wells a otro castigo por no quitarse la gorra en la ceremonia de premios de Dallas en 2022. Un tenista único en su especie.