Los medios de extinción lograron estabilizar otros cuatro focos en la jornada de ayer, reduciendo el número de incendios activos en la comunidad a tres: dos en Ourense y otro en Lugo. Datos que contrastan con los del peor día de esta ola de incendios, el 16 de agosto, cuando llegaron a ser 14 los focos activos de forma simultánea. Entre los incendios estabilizados ayer se encuentra el de Larouco, que ya es uno de los más devastadores de la historia reciente de Galicia, y los de Oia y Vilaboa de Pontevedra. En total, la superficie calcinada es de 93.416 hectáreas, aunque con las mediciones definitivas esta cifra podría aumentar. Según el servicio europeo Copernicus, por su parte, son más de 150.000.
De este modo, los incendios que permanecen activos en la comunidad son el de A Cova, en Lugo, que afecta a 50 hectáreas, y los de Vilariño de Conso y Carballeda de Valdeorras, en Ourense. Cabe destacar que el de Vilariño de Conso está compuesto por tres focos, de los cuales dos —los de Requeixo y Parafira, en Chandrexa de Queixa— también fueron estabilizados, por lo que la situación evoluciona bien. Este afecta a unas 19.000 hectáreas, y el de Carballeda de Valdeorras, que entró desde Zamora, a 3.500. Esta jornada fueron estabilizados, además, el de Larouco (30.000 hectáreas), el de Oímbra (17.000) y el de A Mezquita (10.000); y controlados los de Montederramo (120) y uno de los de Vilardevós, el originado en Moialde (600).
En Pontevedra, por su parte, la situación también avanza favorablemente, después de que ayer se diese por extinguido el incendio de Agolada, que finalmente afectó a 522 hectáreas, convirtiéndolo en el undécimo gran incendio forestal del mes. El de Oia, por su parte, fue controlado; y el de Vilaboa, estabilizado. En ambos casos, la superficie calcinada es de 60 y 70 hectáreas respectivamente y se ha desactivado la situación 2, que actualmente solo permanece vigente en la provincia ourensana.
En total, en la comunidad continúan ardiendo 15 fuegos, de los que 12 están en Ourense, donde sigue decretada la situación 2, aunque sin nuevas evacuaciones o confinamientos. La provincia, además, enfrenta con preocupación estas próximas jornadas, en las que no se descarta que se produzcan chubascos tormentosos que, de ser muy abundantes, podrían tener consecuencias negativas al erosionar el terreno, ya dañado por el fuego, y provocar escorrentías de ceniza.
Por otro lado, ayer la Consellería de Medio Ambiente prometió ayudas económicas para recuperar terrenos y hábitats cinegéticos e infraestructuras de uso público de los montes vecinales de la red gallega de espacios protegidos.
La ministra de Defensa asegura que el Ejército se quedará «el tiempo que sea necesario»
Tanto la UME como el Ejército se quedarán en Galicia «el tiempo que sea necesario». Así lo aseguró ayer la ministra de Defensa, Margarita Robles, que visitó en Pontevedra la Brigada Galicia VII (Brilat), con sede en Vilaboa, y el centro de coordinación del incendio que se declaró en este municipio el pasado jueves.
Allí, aseguró que tanto la operación Centinela Gallego —que cada año se despliega en la comunidad para aumentar la vigilancia y la disuasión ante los incendios— como la UME estarán en Galicia «el tiempo que sea necesario», hasta que «podamos respirar un poco más tranquilos» y «no solo cuando se hayan extinguido los incendios». Por ahora, Medio Rural ha pedido su colaboración para adecuar las zonas quemadas para que el arrastre de las lluvias tenga la mínima afectación posible.
Además, Robles apeló a la coordinación entre administraciones en vez de a la crispación política, porque «juntos somos más fuertes». «En este momento los ciudadanos nos piden mucha unidad», aseveró.