Un jurado popular ha declarado esta madrugada culpable de asesinato y de otros delitos menores al acusado de asesinar a puñaladas a su expareja en Mansilla de las Mulas (León) el 19 de julio de 2021, a la que asestó tres puñaladas.
El juicio comenzó el pasado 16 de octubre y quedó visto para sentencia este lunes con la presentación de las conclusiones definitivas de las distintas partes, en la que la Fiscalía ha mantenido para el acusado, de 38 años, una petición de pena de casi 32 años de prisión por los delito de asesinato alevoso, allanamiento de morada, daños y maltrato en el ámbito de la violencia de género.
El jurado ha considerado probadas por unanimidad la totalidad de las preguntas que le entregó el tribunal en las que basar su veredicto de culpabilidad.
Entre ellas que el acusado y la víctima, que contaba 36 años cuando fue asesinada, mantuvieron una relación sentimental estable, lo que el primero negó durante el juicio para tratar de esquivar el agravante de parentesco.
Así, el jurado ha avalado en su veredicto que el asesinato tuvo lugar poco antes de la una de la madrugada de la citada fecha en una vivienda de la tercera planta del inmueble situado en el número 44 de la calle Villa de Lil de esta localidad leonesa, que cuenta con 1.750 habitantes y está situada a poco más de veinte kilómetros de la capital.
También que en la tarde del día 18 de abril de 2021 el acusado y la víctima quedaron en Puente Villarente y fueron después a tomar algo Mansilla de las Mulas.
Posteriormente, la mujer llevó al acusado en su vehículo de vuelta a León a su domicilio y ella regresó a Mansilla de las Mulas, donde pasó el resto del día con varios amigos.
Hacia la media noche del día 18 al 19 de abril de 2021, el acusado, movido por su sentido de posesión sobre ella, cogió su vehículo y fue hasta casa de la víctima para intentar supuestamente sorprenderla ya que pensaba que estaba con otro hombre.
Al llegar rompió el cristal de la puerta del portal y accedió al interior del inmueble, subió al piso de ella, donde, de una patada, fracturó la puerta y entró en la casa sin autorización.
En el interior de la vivienda comenzó una discusión y se puso a buscar por toda la vivienda a su supuesto acompañante a pasar de que la mujer le dijo que estaba sola.
Seguidamente, le conminó a que le dejara ver el contenido de su teléfono móvil, a lo que la joven se negó y ambos iniciaron un forcejeo para hacerse con el aparato.
Tras salir de la casa para ir a su coche, regresó a la vivienda a los pocos minutos y se hizo con un cuchillo que había en la cocina, con el que le asestó tres puñaladas en la zona dorsal.
Tras cometer la agresión, el hombre salió instantes después de la vivienda, fue al centro médico y dijo a los vecinos que la había matado.
Durante su declaración en el juicio el acusado, que en ningún momento ha mostrado arrepentimiento, se limitó a repetir que no recuerda lo que pasó y que por tanto no sabe si la mató.