El Ayuntamiento de Elche tiene que encontrar tres millones de euros para garantizar el pago de nóminas hasta final de año y otros tres millones de euros más para enjugar un descuadre que existe en estos momentos en las cuentas municipales. Esta es la foto fija, que nunca es la que más les gusta al concejal de Hacienda, Francisco Soler, pero sí la que conocen altos funcionarios de los departamentos económicos municipales y que el edil popular expresó a miembros del equipo de gobierno el pasado julio en una reunión en la cual les pidió que antes de septiembre les dijeran partidas que se pueden recortar o aplazar a 2026 para garantizar el pago del capítulo 1, los gastos de personal, el que más se ha disparado desde que llegó el gobierno de PP-Vox al Ayuntamiento en 2023, lo que ha supuesto un incremento de 85 a 104 millones de euros, como algún sindicato le recordó al regidor, Pablo Ruz, en una reunión de la junta de Personal el 1 de agosto, convocada por la primera autoridad local para intentar resolver un tema espinoso que está en el aire: la carrera profesional y la productividad. El edil de Personal, Juan de Dios Navarro, dijo que el desfase de nóminas es normal, que pasa todos los años, entre lo que es la previsión inicial y la realidad y restó importancia a este hecho, asegurando que otros años había sido bastante más, incluso del doble.
El Ayuntamiento se encuentra inmerso en un plan de ajuste después de concluir 2024 con un desfase de 8,5 millones de euros entre los ingresos y gastos, y que, pese a no haber sido aprobado aún por la Generalitat, no le ha impedido obtener autorización para la solicitud de un préstamo de 15,7 millones de euros que ya está distribuido en nuevos proyectos. Aunque Soler repita hasta la saciedad que la situación de las arcas municipales es boyante, la realidad es que en septiembre los concejales tienen que decirle qué pueden aplazar de sus proyectos o gastos previstos para los últimos cuatro meses del año para garantizar el pago de las nóminas del personal, que en estos momentos se sitúa en 2.400 trabajadores, según fuentes sindicales.
Cifra
Soler y Navarro llevan desde mayo aplicando recortes en materia de horas extra después de que en 2024 se duplicara el gasto y se realizaran más de 45.000, cifra a la que hay que sumar las realizadas como refuerzos. Horas que, según el PP, de las que no existía control antes de su llegada a la Alcaldía. A ello se suma que se ha puesto en marcha un plan de racionalización que pretende la movilidad de trabajadores en función de las necesidades. En cualquier caso, medidas que se han mostrado insuficientes para equilibrar lo que se presupuestó en el capítulo 1 y la realidad. De esos tres millones de euros uno saldría de un dinero que el equipo de gobierno debería pagar el próximo noviembre, según el acuerdo de productividad alcanzado con la Junta de Personal, que preveía un pago semestral en julio y en otro en noviembre, sin acabar el año pero correspondiente al periodo julio-diciembre. Del primero solo se abonó unos 873.000 euros porque entendía el equipo de gobierno que no todos los trabajadores habían cumplido los objetivos. De ahí que hubiera un ahorro de unos 127.000 euros que volverían a la caja municipal.
Soler, el día que presentó los presupuestos de 2025 / Áxel Álvarez
Los sindicatos se quejaron de que esto fuera así. Ahora bien, el equipo de gobierno se comprometió a que el segundo pago sí sea del millón completo, pero este tiene que retrasarse a enero. Lo curioso del caso es que en el presupuesto de 2025 solo había previsto 1,6 millones de euros para productividad y el acuerdo con los sindicatos era desde sus inicios un reparto de 2 millones. Navarro aclaró que la diferencia (400.000 euros) debería salir de una modificación de presupuesto que no se ha efectuado a día de hoy y que, de dilatarse su abono a 2026, dejaría de ser un problema este ejercicio.
Acuerdos
En septiembre la Junta de Personal no solo tiene que dar una contestación a aplazar el pago de la productividad, que el gobierno espera que sea positiva, sino a una segunda cuestión más espinosa, como es la carrera profesional. Ruz, como siempre, intenta ser un alcalde que llegue antes que nadie a acuerdos, y pretende no solo que el 1 de enero comience a implantarse la misma, sino que el presupuesto de 2026 esté en noviembre aprobado y para ello le urge el acuerdo. Pero no hay el menor viso de que se produzca ni en la cuantía ni en el tiempo necesario para que llegue al 100 % de la plantilla.

Ruz y Soler, en una imagen reciente / Áxel Álvarez
La Junta de Personal puso una cifra sobre la mesa, algunas fuentes aseguran que bastante por encima de los 10 millones de euros, que el gobierno municipal se niega a aceptar y está dispuesto a llegar solo a una parte, pero tampoco hay consenso sobre los años necesarios para darla por consolidada, pues los sindicatos la quieren mucho antes de lo que se les ofrece y nunca antes de un lustro. Todo ello en mitad de un ambiente enrarecido porque Vox, según fuentes sindicales consultadas por el diario, no está de acuerdo con más incremento de sueldo a los trabajadores, algo que Navarro negó que fuera así.
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