Su monólogo Hardcore apela en su nombre a la estrategia de «reírse duro» de las adversidades o contratiempos, ¿diría que esta es su filosofía vital?
Sin duda. Para mí, la única manera de sobrevivir es riendo, pero no solo de sobrevivir, sino de vivir. Si algo he aprendido a lo largo de mi vida es que el humor es la única manera de poder ir por la vida a mejor.
Dice también que este show «rompe con todo lo políticamente correcto para un espectador sin reparos morales». ¿Dónde situamos los límites del humor?
Pues yo creo que no hay límites en el humor cuando es humor. Es decir, otra cosa es cuando alguien insulta, desprecia o humilla a otra persona, porque entonces estamos ante otra cosa distinta. Pero yo creo que todo lo que te corresponda y resuene a ti, que emane de tus propias vivencias y bajo tu filtro personal y crítico, es un buen material para hacer humor.
Hoy se erige en la primera cómica española de stand up comedy que ha realizado una gira por Estados Unidos. ¿Cómo le marcó este hito?
Sí, ese hito fue una fantasía que no solo significó muchísimo para mi carrera sino que me sigue abriendo puertas, porque ahora, gracias a eso, voy a hacer mi primera gira por Latinoamérica. En concreto, el próximo martes empiezo el viaje y no sé si soy la primera cómica española en girar por Latinoamérica, porque sé de compañeras que han hecho algún bolo, pero no una gira entera. En cualquier caso será un nuevo sueño cumplido y es muy probable que, después de esa gira, vuelva muy pronto a Estados Unidos.
¿Le interesa explorar en su discurso los puentes entre Andalucía, su tierra natal, y Latinoamérica?
¡Totalmente! Como sabes, yo soy de Jerez de la Frontera, de Cádiz, y en el Caribe -sobre todo, en la parte occidental-, la mayoría de inmigrantes llegaba de Andalucía o de Canarias. Por eso tienen muchas palabras que solo decimos nosotros y, cada vez que voy al Caribe, me siento como en casa y tengo muchas ganas de actuar allí antes de ir a Canarias.
¿Siempre cose sus monólogos con el hilo de sus experiencias reales?
Yo utilizo muchas técnicas, pero sí es verdad que hago un tipo de comedia muy americana, en la que al final hablo de mi vida. La comedia americana es siempre muy personal porque trata mucho de hablar de lo que te pasa a ti, tus vivencias y tus puntos de vista. Pero yo también uso la técnica de la comedia comparativa, por ejemplo, y sobre todo, improviso muchísimo. En ese sentido, cada día puede salir una aventura muy distinta y ningún show es igual que el anterior.
¿Cree que España tardó en ponerse en hora en el ámbito de la comedia?
En España, cuando tuvo lugar el boom de los monólogos aún se estaba desarrollando otro tipo de comedia en la que la mayoría de cómicos hacía un tipo de humor más grueso y básico. Gracias a dios, ya han cambiado las cosas pero hubo un tiempo en que los monólogos de humor no tenían buena fama porque la gente no se sentía reflejada o identificada con esos discursos, porque aquí no había llegado la comedia de stand up americana, que es la que siempre he defendido.
«Soy gitana, de origen judío, de familia mormona y bisexual», ¿cómo ha moldeado esta naturaleza diversa su identidad como humorista?
Cada día me suelto más en ese sentido. Como decía Gloria Trevi: «a mí me gusta andar de pelo suelto» (risas). Todas esas partes de mi crianza han marcado mi forma de ser -que por cierto, también me crié entre americanos- y siempre están presentes en lo que yo muestro en el escenario. Lo hago de una manera consciente porque yo no tengo miedo de mostrarme a mí misma, con humor y con orgullo.
En ese sentido, ¿también aprovecha la proyección del escenario para abordar realidades como el racismo o la bifobia?
Siempre. Además, yo creo que es una manera de que la gente pueda ser un poco más empática o, por lo menos, pueda tener una mirada más abierta sobre la realidad, que es rica y diversa. Me parece alucinante todo lo que queda por avanzar aún en ese sentido. Fíjate, el otro día estaba en la playa y los chicos que estaban detrás de mí se quejaban de no sé qué omnipresencia del colectivo LGTBIQ. Y yo les dije: «pues qué bien, ¿no?». Me metí en la conversación porque, como dicen los catalanes: «no puc mes». No puedo más con estas tonterías.
Según su experiencia, ¿el humor llega a lugares que no alcanzan otras disciplinas o discursos?
Es cierto que yo creo que no tengo que ser profesora de nadie y yo no estoy aquí para educar a la gente, pero siempre defiendo que la comedia es dolor y el dolor es comedia si lo sabes hacer bien, al menos, para desprenderte de ello. Yo siento que la comedia es sanadora y siempre se me acerca mucho público que me transmite que se va mucho más sanado a su casa después del espectáculo.
¿Cuál diría que es la clave de su conexión con el público?
Yo creo que soy una persona muy llana. Yo soy una niña de barrio, a la que le gusta vivir bien, como a todo el mundo. Y lo que muestro es lo que hay. Creo que soy una tía muy cercana y que eso es lo que le gusta a la gente. Mi espontaneidad, mi naturaleza.
Tras abrirse camino en un sector tan masculinizado como la comedia en sus comienzos, ¿diría que las mujeres ya han consolidado un espacio propio en el humor?
Te diría que sí pero, claro, yo ya te hablo desde una posición privilegiada en la que ya me he hecho un nombre. El mayor reto para un artista es tener un nombre, que la gente sepa quién eres. Entonces, yo ahora tengo una posición privilegiada desde la que me resulta difícil decirte cuál es la realidad de las personas que están empezando en esto. Pero sí sigue habiendo una cuota menor para las mujeres, tanto en televisión como en cine o en teatro. Esas barreras siguen existiendo. La cuota es menor y eso se puede contrastar tranquilamente encendiendo la televisión cualquier día, porque es tal cual. No digo que no se hayan conquistado espacios, pero la situación no es de igualdad total.
A un mes de que recale con Hardcore en Canarias, ¿destacaría a alguna humorista de las Islas que haya sido su espejo o referente?
Uy, pues me hace muchísima gracia Omayra Cazorla. Me encanta y además he tenido el placer de poder charlar con ella porque hicimos un par de directos juntas. Me parece una tía encantadora, además de muy, muy graciosa. Omayra está en mi top de humoristas que más me gustan de toda España. Y por supuesto, me encanta Antonia San Juan, que ha sido la jefa de todas. Cuando yo era niña y la veía en el escenario, soñaba con hacer eso. Sin duda, Antonia nos ha abierto las puertas a todas. Yo te diría que Antonia San Juan es la Lina Morgan de la stand up comedy.
Lugar: Teatro Guiniguada, casco de Vegueta
Hora: 20.00 horas
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