Al final va a ser verdad, como pregonaron segundos antes de anunciar su vuelta a la vida, que las armas se han silenciado y las estrellas se han alineado. ¿Para qué mirar hacia atrás con ira pudiendo mirar hacia adelante con el símbolo del dólar tatuado en la retina? Dicho y hecho, Oasis no solo ha sobrevivido a su resurrección, sino que lo han hecho con nota: un mes y medio en la carretera, 17 conciertos en Reino Unido e Irlanda y, que se sepa, ni un solo altercado. Ni rastro de panderetas volando, enfados bíblicos o desplantes ante decenas de miles de personas. Nada de aparatosas pataletas, insultos ingeniosos o fotografías de patatas de hiriente simbolismo. Solo paz y armonía en casa de los Gallagher. Lo nunca visto, sí. Primero los Sex Pistols en Disney y ahora esto.
Cuando, en agosto del año pasado, la banda británica anunció su regreso tras 15 años de puñaladas por la espalda, enredos familiares y trapos sucios aireados con todo lujo de detalles en las redes sociales, quien más quien menos sospechó que algo así no podía durar: en 2009, cuando Oasis saltó por los aires, Liam y Noel Gallgher desenterraron el hacha de guerra y desde entonces no habían hecho otra cosa que arrojársela con vehemencia. Las casas de apuestas, benditas ellas, pagaban 7 a 1 la separación de la banda antes del primer concierto y 12 a 1 un altercado físico en escena entre Liam y Noel. Tampoco sería la primera vez, la verdad.
Los hermanos Gallagher, justo antes del concierto de Oasis en Wembley / OASIS
«Había olvidado lo gracioso que era»
Un año y unos cuantos baños de masas después de aquello, sin embargo, no solo se mantiene la tregua, sino que el armisticio para que va para largo. Máxime después de que, lo nunca visto bis, Noel Gallagher se haya deshecho en elogios hacia su hermano durante una entrevista radiofónica con la emisora talkSPORT. «Es genial estar de vuelta con Bonehead y Liam. Supongo que cuando todo acabe, me sentaré a reflexionar sobre ello, pero es genial estar de vuelta en una banda con Liam. Había olvidado lo gracioso que era», ha dicho.
No puedo hablar por nadie más pero, personalmente, subestimé muchísimo en lo que me estaba metiendo. He estado en estadios y todo eso, pero no me importa decirlo, mis piernas se hicieron de gelatina después de la segunda canción»
Es probable que la últimas palabras más o menos amables que Noel le dedicó a Liam estén en el documental ‘Supersonic’ (2016), cuando el compositor se muestra francamente sorprendido de la habilidad de su hermano pequeño para clavar las voces de ‘Champagne Supernova’ a la primera y, acto seguido, volver al pub a seguir trasegando pintas. Ahora, a la espera de cruzar el charco para retomar la gira a partir del 24 de agosto con cinco conciertos en Canadá, Estados Unidos y México, Noel asegura estar «orgulloso» de su hermano.
«Liam lo está petando, estoy orgulloso de él -ha celebrado-. Llevo 16 años al frente de una banda y sé lo difícil que es. No podría hacer lo de los estadios como él, no es mi estilo. Pero debo decir que lo miro y pienso: ‘Bien por ti, amigo’. Ha sido increíble».
Lo dicho: paz y armonía donde antes todo eran maldiciones e imprecaciones furiosas. También ayuda, sin duda, que alguien le haya cerrado a Liam el grifo de Twitter (ahora X), botón nuclear que el cantante pulsaba cada vez que quería atacar a su hermano y que se mantiene en prudente inactividad desde el 1 julio. Sólo tres días después, el 4 de julio, cantante y guitarrista aparecían en Cardiff cogidos de la mano, gesto repetido en todos los conciertos de la gira, y empezaba la reunificación.
Visto lo visto, cuesta creer que la banda mancuniana no tenga intención de extender su lucrativa reunión con nuevas actuaciones en 2026: cobra fuerza, por ejemplo, la posibilidad de una multitudinaria actuación en Knebworth coincidiendo con el 20 aniversario del histórico doblete que reunió a 500.000 personas en la localidad inglesa. También se especula con una posible gira europea que pasaría por Francia, España y Alemania así como con una posible residencia en el Etihad Stadium de Manchester.
Lo que sí es seguro es que, tras dos noches más en el Wembley Stadium de Londres a finales de septiembre, los Gallagher y compañía viajarán a Corea del Sur, Japón, Australia, Argentina, China y Brasil. De momento, según ha reconocido Noel, el impacto de los conciertos está siendo brutal. «No puedo hablar por nadie más pero, personalmente, subestimé muchísimo en lo que me estaba metiendo. He estado en estadios y todo eso, pero no me importa decirlo, mis piernas se hicieron de gelatina después de la segunda canción. Ha sido algo increíble. Realmente increíble. Es difícil de describir con palabras, la verdad», ha explicado.
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