La imagen del goteo de líderes europeos descendiendo del coche oficial a su llegada a la Casa Blanca para arropar a Volodímir Zelenski permite visualizar la pérdida de liderazgo internacional de España.
En Washington desfilaron este lunes el canciller alemán, Friedrich Merz; el presidente francés, Emmanuel Macron; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente finlandés, Alexander Stubb.
Nadie al parecer echó de menos a Pedro Sánchez, el presidente del cuarto país de la Eurozona.
A la cita con Donald Trump también acudieron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
En los círculos diplomáticos todos coinciden en que este aislamiento de Sánchez es la consecuencia del desplante de Sánchez en la cumbre de la OTAN celebrada en junio en La Haya.
Donald Trump, Volodímir Zelenski, Friedrich Merz, Emmanuel Macron, Keir Starmer, Giorgia Meloni, Mark Rutte, Ursula von der Leyen y Alexander Stubb posan en una foto de familia en la Casa Blanca.
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Entonces, pese a firmar el documento final, anunció luego que se negaba a cumplir con los objetivos pactados de inversión en defensa e hizo gestos de incomodidad en la foto de familia.
Es la quinta vez en nueve días que Sánchez queda al margen de los contactos para tratar de encontrar una solución a la guerra de Ucrania, pese a que desde un principio cogió la bandera de Zelenski.
El vicepresidente de EEUU, JD Vance, no le tuvo en cuenta en la reunión que organizó en Londres el 9 de agosto para dar a conocer los planes de Trump para detener la guerra.
Al día siguiente, los líderes de Alemania, Francia, Italia, Polonia, Finlandia y Reino Unido le dejaron fuera de la firma del documento en el que mostraban la posición común europea.
El miércoles pasado, Friedrich Merz no le convocó a la cumbre virtual con Trump celebrada 48 horas antes de la cumbre de Alaska.
Ese mismo día, tampoco estuvo presente en la videollamada posterior de los líderes europeos con Zelenski.
Esta serie de reveses para la diplomacia española hizo estallar al PP: «Sánchez ha conseguido situar a España en la irrelevancia internacional. Somos un cero a la izquierda para nuestros aliados», dijo días atrás Elma Ezcurra.
La prensa internacional
Los medios internacionales, que acogieron en general con elogios a Sánchez en sus primeros años en la Moncloa, han corregido su percepción y hoy lo presentan como un presidente debilitado.
Las críticas llegaron con los casos de corrupción. Medios como Financial Times, The Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel o La Repubblica vienen recogiendo con grandes titulares la crisis política derivada de esos escándalos.
The Times llegó a bautizarlo como «Don Teflón» por su empeño en que le resbalen los escándalos.
Y las críticas se recrudecieron por su actitud en la cumbre de La Haya. Al hacer balance, un medio de referencia como Politico lo calificó como «el nuevo villano de la OTAN».
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
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Los principales periódicos estadounidenses destacaron entonces las críticas y amenazas de Trump hacia Sánchez, señalando a España como el socio que menos esfuerzo dedica a la defensa.
Y en Europa, la prensa italiana y británica subrayó el aislamiento de Sánchez y lo incomprensible de su postura, que califican de «misterio» y motivo de «malestar» para la cohesión de la OTAN.
Desde entonces, Sánchez parece cada día más solo. Incluso su buena relación con China o con la Venezuela de Nicolás Maduro, que sus socios europeos vieron en un principio como una oportunidad para el conjunto de la UE, aumenta hoy los recelos.
En una Europa que ha virado a la derecha y que busca mostrar fortaleza y unidad en momentos delicados, a Sánchez se le percibe como un foco de división.