Después del brutal accidente de tráfico, Bahar ha llegado al hospital inconsciente y en estado crítico. La han trasladado directamente al quirófano, donde Timur y Uras se han preparado para salvarle la vida.
Timur ha encontrado la lesión en el intestino delgado, a 120 centímetros, y ha pedido sutura y pinzas. La tensión ha sido máxima. También han detectado daños en el bazo y han comenzado la cauterización.
Uno a uno, han revisado sus órganos: no había hemorragia cerebral, tampoco daños graves en los pulmones ni en los órganos internos. Timur ha preguntado por el retroperitoneo y Uras ha respondido que estaba limpio, intentando contener la ansiedad y la culpa que lo consumían.
Abrumado por la situación, Timur ha intentado entender por qué Bahar ha entrado en coma. En ese instante, Uras ha recordado un artículo reciente que explicaba que, cuando no hay daño orgánico, puede tratarse de un daño psicológico grave, un síndrome de enclaustramiento. Timur lo ha confirmado y han decidido cerrar la intervención para trasladarla a cuidados intensivos. Por segunda vez, él le ha salvado la vida, pero ahora solo queda esperar.
Mientras tanto, en otra sala, Evren se ha hecho cargo del joven que conducía el coche que chocó contra Bahar. No ha podido evitar pensar en Bahar en cada minuto, con el corazón encogido y un único deseo: que ella despierte.