El currículum de Neymar Jr. quedará manchado para siempre con el 0-6 que el Vasco da Gama, con Philippe Coutinho como maestro de ceremonias, le infligió este domingo en el estadio del Morumbis, en São Paulo, ante 50.000 ‘torcedores’ del Peixe, en el arranque de la segunda vuelta del Brasileirão 2025.
El ’10’, que había logrado enlazar siete partidos consecutivos jugando los 90 minutos, tuvo una actuación ridícula, como todos sus compañeros. Salió llorando, o al menos lo simuló, ante la bronca de los hinchas locales que aún permanecían en el estadio, a pesar de la desbandada que hubo en la gradería a lo largo del segundo tiempo cuando iban cayendo los goles del cruzmaltino carioca.
Ney fue consolado por el técnico adversario, Fernando Diniz, que lo dirigió en la Seleção durante seis meses en 2023. De hecho, con el ahora entrenador del Vasco al mando de la ‘Canarinha’, el ’10’ se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en octubre de 2023, jugando un partido de eliminatorias para el Mundial 2026, en Montevideo, ante Uruguay. Un percance del cual aún se está recuperando, porque nunca volvió a ser el de antes.
Neymar decidió dar la cara en la zona mixta, donde entonó un mea culpa colectivo. “Fue una mierda, fue una vergüenza hacer este tipo de partido con la camiseta del Santos. Creo que todos tienen que poner la cabeza en la almohada, irse a su casa y pensar en lo que quieren hacer, porque la actitud de hoy, si tenemos que repetir lo que hicimos en el campo, creo que el miércoles ni siquiera hace falta entrar a jugar…”, aseguró con un semblante muy serio.
La derrota tuvo consecuencias inmediatas. El técnico santista, Cléber Xavier, fue despedido en el vestuario y ni siquiera acudió a la rueda de prensa posterior al encuentro. Solo estuvo cuatro meses en el cargo, en los que dirigió en quince ocasiones al Peixe en su primera experiencia como máximo responsable técnico, porque desarrolló gran parte de su carrera en los banquillos como auxiliar de Tite.
Precisamente, el exseleccionador brasileño, que se recupera de una crisis de estrés, es uno de los dos nombres que la directiva del Santos baraja para que asuma las riendas del equipo. El otro es el carismático Jorge Sampaoli, a quien la ‘torcida’ santista pidió a gritos en el Morumbis durante el naufragio ante el Vasco. El entrenador argentino ya estuvo en el Peixe en 2019, cuando terminó subcampeón del Brasileirão, dejando un gran recuerdo. Es, además, del agrado de Neymar Jr., el verdadero jefe del club.
Lo que ocurrió en el Morumbis fue inexplicable. El Vasco afrontaba el encuentro en zona de descenso y sin conocer la victoria en el Brasileirão desde hacía dos meses. Su último triunfo se remontaba al periodo anterior al parón de la competición por el Mundial de Clubes. Acumulaba cinco jornadas sin ganar. Además, se presentó en São Paulo sin contar con su futbolista de referencia ofensiva, el ‘9’ argentino Pablo Vegetti, baja por acumulación de tarjetas y, durante la semana, había perdido definitivamente a su mejor central, João Victor, traspasado al CSKA de Moscú por 5 millones de euros.
Los cruzmaltinos se adelantaron con un tanto de cabeza del lateral Lucas Piton en el primer tiempo, en una acción en la que el VAR no apreció que el balón hubiera salido por completo por la línea de banda, y arrasaron tras el descanso, en un cuarto de hora de locura (entre el minuto 52 y el 68) en el que marcaron cinco tantos, dos de ellos de bella factura de un inspiradísimo Philippe Coutinho.
El exblaugrana renació de sus cenizas para firmar, tal vez, la actuación más portentosa desde que regresó al club donde se formó en julio de 2024. Fue quien comandó la goleada, aprovechando el desbarajuste defensivo santista, y lo hizo ante su amigo Neymar Jr., en el segundo enfrentamiento entre ambos a lo largo de su dilatada carrera. El primero también tuvo al carioca como ganador, en un encuentro para la historia: fue en agosto de 2020, en plena pandemia, cuando el Bayern de Múnich, dirigido por Hansi Flick, superó al PSG (1-0) en la burbuja de Lisboa en la final de la Champions League.
Coutinho estaba eufórico. Tenía motivos de sobra para ello. “Este era un partido importante. No veníamos teniendo resultados positivos, pero sí produciendo, jugando bien. En muchos de esos encuentros ya podríamos haber salido victoriosos… pero el fútbol es así. Vamos a seguir trabajando. El camino es bonito, tenemos mucho por conquistar, pero es con trabajo que se llega. Ahora tenemos que mantener los pies en el suelo, concentrarnos… porque esta semana ya tenemos otro partido», aseguró.