-Esta mañana (por ayer) han celebrado una reunión del Cabildo de la Catedral de Córdoba. ¿Ha sido un encuentro programado o lo han hecho para tratar sobre el incendio?
-Ha sido extraordinaria.
-¿Se ha tomado alguna decisión que se pueda conocer públicamente?
-No, ha sido una reunión informativa.
-Una semana después del incendio, ¿ha podido hacer un análisis más reposado sobre lo ocurrido?
-La primera valoración que, prácticamente, desde el primer momento hemos hecho y mantenemos es que, lamentando el incendio, el edificio ha sufrido un daño mínimo. El incendio se apagó en un tiempo récord, funcionó perfectamente el protocolo del Cabildo, funcionó perfectamente la colaboración institucional, en este caso con los bomberos, y al final se minimizaron los daños. La buena noticia es que podemos seguir disfrutando de nuestra Mezquita-Catedral. Todo el mundo pensó inmediatamente, también nosotros, en Notre Dame, y no tiene nada que ver.
-Parece que fue un vigilante quien dio la voz de alarma. ¿Cómo fue la noche del viernes pasado?
-Tenemos un doble sistema de detección de incendios, por humo y sensores térmicos, y tenemos vigilancia 24 horas. El vigilante, inmediatamente, recibe el aviso, porque está todo conectado a una central de alarma de Prosegur, y en un minuto da aviso a los bomberos, y se activa el plan de autoprotección. Había personal de mantenimiento preparando la visita de El alma de Córdoba, que se puso de momento al servicio. Rápidamente, los que pudieron venir, de obrería, mantenimiento, se pusieron también a disposición de los bomberos y hubo colaboración.
-¿Usted se hallaba en el templo?
-No, no estaba en ese momento. Me informaron inmediatamente y asumí el control, la coordinación por parte de la institución en pocos minutos, la información con las autoridades. Rápidamente, pudimos dar a las autoridades la noticia de que el fuego estaba controlado y ya a las doce de la noche pudimos dar la noticia de que estaba extinguido. Estaban algunos canónigos que se encontraban más próximos y don Demetrio Fernández, también vino el alcalde. Me quedé hasta las 3.30 horas, cuando se quedó un retén de bomberos por si el fuego se reactivaba; Protección civil; Policía Local, que tenía todo acordonado, y Policía Nacional. Me fui sabiendo que el incendio estaba apagado completamente y con la consigna de que, si había cualquier novedad, me llamaran.
-Afirma que avisó a las autoridades y esa es una noticia difícil de creer, ¿verdad?, que sobrecoge.
Lógicamente. Yo lo primero que pregunté es por las personas. Estaba cerrado, por lo tanto, no había visitantes. Cuando dijeron que no ha habido daños personales, respiré. Realmente, me quedé con una primera sensación de tranquilidad. Segundo, ¿qué daños? Pues el daño es esta zona de la Puerta de San Nicolás, la capilla contigua… Cuando lo vi y me fui esa noche a intentar dormir, me fui al menos con la tranquilidad de saber que esto no es Notre Dame. Es muy importante cuando llega un acontecimiento de estos quedarte viviendo lo positivo. Lo negativo es evidente, lo que hay que intentar ver es lo positivo.
«El daño en patrimonio escultórico, pictórico y retablístico es mínimo»
-El sábado pasado leyó a la prensa un comunicado del obispo de Córdoba. ¿Jesús Fernández ha visitado la zona afectada?
-Todavía no, pero sí que se hizo presente con ese mensaje de agradecimiento, sobre todo, a todas las instituciones que habían colaborado para la extinción del fuego.
-El arquitecto conservador del monumento Gabriel Ruiz afirmó ayer en El País que lo que ardió fue la cortina que cubría la zona usada como almacén y por eso el fuego subió tan rápido hacia arriba.
Sabemos dónde se ha producido el incendio, pero no las causas. Que ardió la cortina, eso es evidente. Hoy (por ayer) la policía científica está investigando todavía, porque esto no es tan fácil. Algunos, de momento, ya lo saben todo.
Joaquín Alberto Nieva, deán presidente del Cabildo de la Catedral de Córdoba. / A. J. González
-En un primer momento, comentó que la zona donde se originó el fuego era una capilla utilizada como almacén, pero parece que es un vestíbulo llamado Puerta de San Nicolás, donde estaban los materiales de limpieza.
-Efectivamente. Eso es una de las puertas de esta fachada oriental, que en un determinado momento se usó para depositar una silla, todas las máquinas para fregar. Nunca ha sido capilla. Vamos poco a poco también dando información, aclarando. El almacén de productos lo tenemos en Martínez Rücker y el Cabildo tiene naves en polígonos industriales.
-Tras el fuego, indicó que el retablo de la capilla de la Anunciación ha sufrido daños escasos y otra capilla afectada es San Nicolás de Bari y Jesús Verde.
-La capilla es Ieshu Verde, Jesús Verde, y San Nicolás. Tiene nombre compuesto, igual que la otra, de la O, o de Encarnación o la Anunciación. Son las dos contiguas a este vestíbulo, la zona donde se origina el incendio. Hay un retablo muy bueno de Pedro de Campaña en esta de Ieshu Verde que, aparentemente, quitando el efecto del humo, está intacto. El retablo de la Encarnación es barroco, pero es anónimo, no tiene tanta importancia. Tiene un crucifijo que ha quedado en el mismo sitio y también un lienzo que está intacto. El daño en patrimonio escultórico, pictórico y retablístico es mínimo. Tenemos el plan de autoprotección, pero se activa también un plan de salvaguarda. Hay un protocolo que se sigue para salvaguardar, proteger, extraer del lugar los bienes de mayor valor que se puedan trasladar. Ese plan ha funcionado también y se han podido sacar algunas piezas de esas capillas antes de que el incendio avanzara. Por ejemplo, se ha salvado un tapiz en la capilla de la Encarnación que pudieron sacar los bomberos.
-La capilla del Espíritu Santo fue motivo de preocupación.
-La siguiente a la de la Encarnación es la del Espíritu Santo, que es una de las más valiosas y que hemos restaurado recientemente. El peligro era que el fuego siguiera corriendo por las cubiertas y se extendiera. La estructura arquitectónica es distinta, como que sobresale del tejado y hace como una barrera. Seguramente, eso ha contribuido a que el fuego no se propagase a esa capilla. Los muros perimetrales seguramente han favorecido también que esa capilla no haya sufrido el efecto directo del fuego.
-Ahora desarrollan un plan de emergencia, donde una de las primeras intervenciones consiste en dotar a la zona afectada de una sobrecubierta para protegerla.
-Eso es, una estructura de andamios para poner una techumbre que evite, por ejemplo, el efecto de la lluvia. Se quedará todo el tiempo de la reconstrucción.
-Entre otras actuaciones, también están extrayendo elementos calcinados.
-Todo lo que se ha quemado hay que ir retirándolo, también del desplome de la bóveda de cañizo. Se está haciendo una retirada selectiva, la están haciendo arqueólogos y restauradores, y se están analizando todas las piezas. Las que son parte de lo derrumbado, por ejemplo, son susceptibles de una reintegración, una recuperación para la restauración.
-¿Cuánto puede durar la fase de emergencia?
-La fase de emergencia va rapidísima. Hoy (por ayer) ya están empezando a montar los andamios para la techumbre. Esperemos que en una semana pueda estar ya montada. Por supuesto, se ha hecho una cubrición para asegurar el trabajo de los operarios y para evitar cualquier otro tipo de desprendimiento. En pocos días, incluso, ya se ha acotado la zona con una protección especial que permita a los operarios moverse con tranquilidad y, sobre todo, seguridad, y también para los visitantes cuando podamos abrir. Los turistas ahora tienen impedido el acceso a toda esta zona de Almanzor.

Joaquín Alberto Nieva, deán presidente del Cabildo de la Catedral de Córdoba. / A. J. González
-¿El plan de restauración podría presentarse antes de que acabe el año?
-Cualquier proyecto para este edificio requiere mucho tiempo, mucha dedicación, aunque le demos prioridad. Eso no lo hemos decidido todavía. Ahora estamos concentrados en la restauración de la macsura. Esto es un imprevisto, nos cambia el ritmo, ciertamente, de prioridades. Esto es una prioridad. Creo que la macsura va a poder seguir, porque ahora mismo ahí está trabajando el equipo de restauradores y restauradoras. Esta zona es otro tipo de trabajo ahora mismo, más de arquitectos y obrería, que también están trabajando en el otro sitio, pero se podrán compaginar sin dejar la macsura, que es muy importante. Entonces, el proyecto, lo antes posible.
-Además de la macsura, también estaban interviniendo en las naves 7 y 8, y en el Palacio Episcopal. ¿Este incidente retrasará otros proyectos?
-No. No va a retrasar el lugar este que estamos preparando para la acogida de visitantes. Es independiente y lleva otros equipos. En otro tipo de obras, algunas ha coincidido que estaban terminando o terminadas. Esto sí afectará al programa que nosotros teníamos, porque ahora hay que concentrar aquí la prioridad.
-Patricia del Pozo, consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, apuntaba en los últimos días que la restauración costará en torno a un millón de euros, pero no lo han confirmado. ¿Tienen estimaciones?
-No se puede saber el coste. En este monumento, todo es muy costoso, pero no está hecho el proyecto y no se puede valorar económicamente.
-¿El proyecto de rehabilitación se centrará en las cubiertas y en el retablo de la Anunciación?
-Hay que reparar todo lo afectado. Los arquitectos han hecho una primera valoración y la han consensuado para este plan de emergencia con los técnicos de la delegación de Cultura, pero seguimos trabajando. Se está estudiando el comportamiento de algunos elementos afectados, para ver si hay que hacer alguna otra actuación.
-Afirman que el Cabildo asumirá la obra con sus fondos propios.
-Sí.
-Tras su visita a la zona afectada, el presidente de Icomos España, Juan Carlos Molina, señaló la necesidad de revisar las amenazas del monumento. ¿Están de acuerdo?
-Siempre estamos en continua revisión de nuestros protocolos y sistemas, de nuestro funcionamiento. El plan de autoprotección y el de salvaguarda son documentos vivos. A partir de que nos den los resultados de la investigación del origen, vamos a revisar, como no puede ser de otra manera.
-Parece que existen otros lugares donde se almacenan elementos, ¿esto también se analizará?
-El espacio que hay en el edificio es el que hay. Estamos justamente en este plan de mejora de nuestras infraestructuras, tomando medidas como la adquisición de lugares donde se pueda trabajar al servicio del edificio. Tenemos algunas dependencias externas para intentar que todo lo que se pueda hacer fuera, se haga fuera. Hay algunas cosas que hay que hacerlas dentro. Estamos muy atentos para que esos espacios que se usan y lo que se hace en ellos siempre se haga conforme a la legalidad.
«Nunca hemos tenido, ni de Icomos ni de nadie, esta advertencia de que ahí pudiera haber algún peligro»
-Ya han adquirido un local en la calle Encarnación, con una inversión de 550.000 euros, para el traslado de máquinas de limpieza, ¿cuándo se haría?
-Una de las cosas que queríamos era convertir ese sitio (la Puerta de San Nicolás), recuperar esa puerta, por una cuestión estética también. Nunca ha sido capilla. Ha habido una mala interpretación de las palabras que dijo el otro día Juan Carlos (Molina). Juan Carlos no advirtió de que había un peligro y por eso nosotros hemos pensado en trasladar eso. Él lo que dijo, literalmente, es que ha tenido conocimiento de que el Cabildo quiere desalojar ese espacio, por motivos estéticos en parte, pero también por la funcionalidad. Nosotros nunca hemos tenido, ni de Icomos ni de nadie, esta advertencia de que ahí pudiera haber algún peligro.
-En otoño implantarán un sistema de extinción de incendios con nebulizadores, que se instalará sobre la Capilla mayor y costará alrededor de 1,2 millones.
-Venimos viendo, con simulacros y de acuerdo con los bomberos, que la zona de acceso más complicada es la parte más elevada, la parte central, la Capilla mayor. Las características constructivas de esa techumbre hacen que haya una concentración de madera muy importante. Por todo eso, se nos sugería que en esa zona pudiéramos añadir otras medidas de extinción complementarias. Queremos aplicar la última tecnología, lo que han puesto en Notre Dame.
«La participación pública no evitaría un incendio, porque Notre Dame es público»
-¿Cuándo se podría extender ese sistema a todo el edificio?
-Es un tema técnico. Cualquier cosa que proponemos y consensuamos, hasta que se ejecuta pasan a veces años.
-¿Han previsto cambios en el equipo humano de seguridad del Cabildo?
-Para el equipo humano solo hay palabras de reconocimiento de su profesionalidad, de su generosidad, de su heroicidad. Todo lo que puedas poner, ponlo, porque se lo merecen.
-¿Además de los ya conocidos, han recibido mensajes de apoyo o brindándole ayuda de organismos internacionales?
-Hemos recibido un amplísimo apoyo de la sociedad civil, muchísimas muestras de apoyo de representantes de colectivos del ámbito cultural, asociativo, empresarial, turístico, académico… Muestras de apoyo al Cabildo por cómo se ha afrontado este fuego y poniendo a nuestra disposición sus recursos. Estamos muy agradecidos. A nivel internacional, hemos recibido el reconocimiento que la Unesco ha hecho, justamente en esta línea: hay que valorar positivamente la rápida actuación que ha permitido extinguir el fuego, minimizando los daños. Es un mensaje que tiene mucha importancia.
-Hace dos años fue nombrado presidente del Cabildo, ¿este puede ser su momento más difícil?
-Por lo que tiene de novedoso. La gestión del edificio la hacemos todo el Cabildo, es un órgano colegial con una amplia red de colaboradores, profesionales técnicos y empresas auxiliares que nos ayudan. Ciertamente, como deán, es un momento novedoso, porque no se había dado hasta ahora un incendio en esta proporción y con estas características. Sí está siendo un momento de mucho trabajo. Queremos informar transparentemente. Después, a mí me ha correspondido también la relación institucional. La realidad es que se está trabajando desde el primer momento para la extinción, después, para que no haya otros daños y para que podamos empezar ya con la emergencia a preparar la restauración. Y ahí estoy viendo un gran apoyo, una gran unidad de todas las instituciones, de manera que redunda en bien del edificio. Es un poco lo que nosotros queremos conseguir, unidad para continuar adelante en el camino de la reconstrucción.
«Quienes en estos momentos plantean una expropiación están al margen de la Constitución»
-En estos días, algunas voces han querido recuperar el debate sobre la titularidad de la Mezquita-Catedral. ¿Para ustedes es un tema zanjado?
-Para nosotros, no. Para el Estado de derecho en el que estamos. Es este Gobierno de España el que ha promovido una serie de iniciativas, como comisiones parlamentarias, investigaciones, que tuvieron como conclusión en la época de Carmen Calvo que las inmatriculaciones fueron legítimas, legales. Y, por lo tanto, no hay duda sobre la propiedad. Quienes en estos momentos plantean una expropiación están al margen de la Constitución española, en la que existe la propiedad privada. Hay un artículo de la Constitución que reconoce que una parte del patrimonio histórico español pertenece a privados.
-También se ha reivindicado una mayor participación pública en la gestión del monumento. ¿Lo ven posible?
-La participación pública no evitaría un incendio, porque Notre Dame es público, porque fue expropiado a la Iglesia, y ardió. Sin embargo, aquí, siendo propiedad privada, ha funcionado perfectamente la colaboración pública, porque el servicio de bomberos es público, y ha habido una colaboración. Es que hay una colaboración continua con las administraciones públicas. Quienes no ven eso es porque no lo quieren ver.
-Uno de los aspectos positivos es entre el sábado y el miércoles han registrado 21.672 visitas, en la línea de meses de agosto anteriores. ¿El templo continúa funcionando con normalidad?
-Sí, porque una vez que se constató que no había daños en el edificio, solamente estaban concentrados en ese espacio, era seguro completamente el resto del edificio para la visita. No hemos querido perjudicar a los visitantes ni al sector turístico, que depende de la apertura de este monumento
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