En ciclismo, un puerto es una subida con pendiente que exige un esfuerzo físico sostenido. De forma general, los aficionados consideran puerto a cualquier ascenso que requiera al menos 15 minutos de pedaleo continuo, independientemente de su longitud o desnivel
No obstante, la longitud y la pendiente son los factores más importantes que determinan la dificultad del puerto. Además de los puertos de montaña, este término también se utiliza para hacer referencia a las carreteras que acaban en la propia cima.
Las subidas suponen un entrenamiento más exigente para el ciclista, y superarlas implica un esfuerzo adicional para varias partes del cuerpo. Por este motivo, esta modalidad ofrece múltiples beneficios para el rendimiento y la salud del deportista.
Un puerto en bicicleta es una forma excelente de fortalecer los músculos, sobre todo las piernas, glúteos y espalda. El core (abdominales, espalda y costados) requiere de un esfuerzo adicional para subir la bicicleta cuesta arriba, contribuyendo a una mejora del rendimiento.
El corazón también debe trabajar más para hacer llegar el oxígeno y los nutrientes al resto del cuerpo. La frecuencia cardiaca aumentará y con el entrenamiento adecuado, también se incrementa la cantidad de sangre por cada latido.
La cuesta requiere más energía que un pedaleo por terreno plano. De hecho, según un estudio de la Universidad de Stanford, los ciclistas que hacen puertos de manera regular queman entre un 30% y un 50% más de calorías por milla recorrida.
En este contexto, dosificar la energía es fundamental para poder llegar a la cima. Los ciclistas que acostumbran a subir puertos aprenden a gestionar el esfuerzo de una manera óptima y sin excederse en el ritmo. La experiencia puede servir de aprendizaje, mejorando el rendimiento como ciclista.
Finalmente, subir un puerto en bicicleta no solo se trata de un reto físico, también supone un desafío mental. Es clave mantener la concentración, pensar en positivo y afrontar una subida con determinación para superarla. La satisfacción de alcanzar la cima supone un buen estímulo para seguir mejorando.