La Dirección General de Tráfico (DGT) pide a los conductores españoles que estén alerta porque puede que se queden sin la posibilidad de conducir. Sin embargo, está medida solo se aplicará a un sector muy específico de la población y por motivos de seguridad vial.
Se trata de un colectivo específico que ni siquiera está registrado como tal, sino que son todas aquellas personas que tomen una serie de medicamentos que la autoridad del tráfico ha decidido poner en su lista negra y denegar la renovación de su carnet de conducir.
De hecho, ya existe una lista de enfermedades que incapacitan a la persona a ponerse al volante o le obligan a pasar revisiones periódicas.
Esto incluye algunas patologías respiratorias (apnea del sueño), digestivas (trasplante renal), neurológicas (una pérdida de consciencia reciente o una epilepsia), vasculares (disección o aneurisma), oncológicos, psiquiátricos (demencia, trastorno de ansiedad o TDH). También hay condiciones endocrinas que se encuentran dentro de esta lista, como el hipotiroidismo o la diabetes), enfermedades cardíacas (arritmias o infartos) o degenerativas (infartos, ELA, Parkinson).
Estas son las multas más extrañas de la DGT / La Provincia
A estos limitantes ahora también se unen algunos medicamentos que resultarán prohibitivos. Un ejemplo es la insulina, habitualmente usada para el tratamiento de la diabetes, aunque también algunos destinados a tratar problemas psiquiátricos específicos, siempre que se adquieran sin un certificado médico.
También se incluyen los medicamentos para la apnea del sueño. En este caso, los usuarios de este tipo de soluciones deberán entregar un informe que dicho tratamiento es efectivo y por lo tanto, necesario. Además, también es imposibilitante el hecho de usar marcapasos y desfibriladores.
Detrás de estas mediadas se encuentran unos datos que confirman que en caso de padecer alguna de las enfermedades aumenta considerablemente el riesgo de sufrir accidentes en la carretera.
Otro foco de peligro es la gente mayor que presenta principios de demencia, un colectivo en el que la DGT ya ha puesto la mirilla: «El riesgo de cometer una infracción o sufrir un accidente de una persona mayor con demencia en sus primeros estadios es de 2,5 a 8 veces mayor que personas sin deterioro«, comentaba el organismo.