Trump planea ganar «la segunda carrera espacial» frente a China y Rusia con un reactor nuclear de la NASA en la Luna

El Gobierno de Donald Trump ha decidido pisar el acelerador en la nueva carrera espacial. Sean Duffy, secretario de Transporte y actual administrador interino de la NASA, anunciará esta semana un plan para construir un reactor nuclear en la superficie lunar antes de 2030.

Se trata de la primera gran medida de Duffy al frente de la agencia espacial y responde al objetivo declarado por la Casa Blanca: que EEUU lidere el regreso tripulado a la Luna y la conquista de Marte.

La iniciativa, revelada en documentos internos obtenidos por Politico, establece un calendario más ambicioso que los planes anteriores de la NASA y llega en un momento de fuertes recortes presupuestarios para el organismo.

Sin embargo, la administración Trump ha propuesto aumentar los fondos para vuelos espaciales tripulados en 2026, incluso mientras reduce drásticamente -casi a la mitad- los recursos destinados a misiones científicas.

Se trata de ganar la segunda carrera espacial”, señaló un alto cargo de la NASA bajo condición de anonimato.

El contexto no es menor: China y Rusia ya han puesto en marcha un proyecto conjunto para instalar su propio reactor lunar, lo que abre la posibilidad de que puedan declarar “zonas de exclusión” que limiten la presencia estadounidense.

100 kilovatios

La directiva ordena a la NASA lanzar, en un plazo máximo de 60 días, una convocatoria a la industria para desarrollar un reactor nuclear de 100 kilovatios, listo para despegar hacia la Luna en 2030.

Esto supondría un salto respecto al prototipo de 40 kilovatios en el que ya trabajaba la agencia, con previsión de estar operativo a principios de la próxima década.

El liderazgo del proyecto deberá recaer en un responsable designado de forma inmediata. La fecha de 2030 no es casual: coincide con el objetivo chino de enviar su primer astronauta a la superficie lunar.

Para Washington, llegar primero significa no solo un triunfo tecnológico, sino también estratégico y geopolítico.

La apuesta nuclear de la NASA se mantiene a pesar de que el Pentágono canceló recientemente un programa conjunto sobre motores cohete nucleares.

Según fuentes internas, la decisión no implica que la propulsión nuclear se considere una tecnología “sin valor”, sino que responde a prioridades presupuestarias.

Sin Estación Espacial 

El anuncio de Duffy también incluye un segundo eje: acelerar la sustitución de la veterana Estación Espacial Internacional (ISS), cada vez más deteriorada, por plataformas comerciales.

La NASA prevé adjudicar contratos a al menos dos empresas en un plazo de seis meses, con la meta de tener una nueva estación operativa en 2030.

De no cumplirse ese objetivo, China sería el único país con una estación espacial tripulada de forma permanente.

Entre las compañías candidatas figuran Axiom Space, Vast y Blue Origin, que han pedido a la agencia más rapidez en la asignación de fondos.

Este doble movimiento -reactor nuclear en la Luna y nueva estación orbital- refleja la visión espacial de la administración Trump: priorizar la exploración tripulada y reforzar la presencia estadounidense en el espacio frente a rivales estratégicos.

El reto, no obstante, será financiarlo en medio de un presupuesto en retroceso para la ciencia y la exploración no tripulada.

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