En su pedida de mano con Kaya, la joven ha entrado vestida de blanco y con una bandeja de café entre las manos, igual que aquella vez en Antep. Entonces, tropezó con la alfombra y el café acabó en el suelo. Fue ese accidente el que cambió su destino. Porque gracias a eso, Ferit se cruzó con Seyran… y la eligió a ella.
Hoy, todo ha sido diferente. Esta vez, Suna ha servido el café sin derramar una sola gota. Ha cumplido con la tradición, pero el recuerdo la ha acompañado en cada momento.
Halis ha roto el hielo con unas palabras cargadas de emoción: “Nos han pasado cosas desagradables en los últimos días, pero aquí estamos, unidos por la felicidad de dos jóvenes”.
Tras tener la bendición de Kazim, el patriarca de los Korhan ha querido incluir a Hattuç en el momento. Ambos han puesto los anillos a Suna y Kaya con un hilo rojo y, como dicta la tradición, lo han cortado con una tijera como símbolo de unión.
El patriarca ha sellado el compromiso arropando al futuro matrimonio: “Kaya es mi nieto. Y tú, Suna, ya eres nuera de los Korhan. Eres lo más valioso”.
Pero no todos han celebrado la pedida con una sonrisa. Desde la ventana, Abidin ha presenciado la ceremonia roto por dentro. Ha entendido que ha perdido a Suna para siempre.
Tampoco Seyran ha compartido la alegría porque está convencida de que su hermana está cometiendo un grave error y, aunque Suna ha conseguido su sitio junto a los Korhan, ya nada es como antes entre ellas.