Como destaca la revista Viajar, en las profundidades de Castilla y León se encuentra un enclave escondido de lo más impresionante. Es de los paisajes montañosos más bonitos de España, y está situado al norte de la provincia de Burgos. Es un complejo kárstico de más de 100 kilómetros, de los más extensos de la Península Ibérica y entre los diez mayores del mundo.
Si no lo habías adivinado aún, se trata de las cuevas de Ojo Guareña, sus catorce cuevas principales se extienden por los municipios de Merindad de Sotoscueva, Espinosa de los Monteros y Merindad de Montija. Estas formaciones rocosas se conectan entre sí y forman un gran laberinto en el interior de la tierra.
Las grutas contienen formaciones geológicas de un asombroso interés y suponen un yacimiento arqueológico extremadamente importante. Se han descubierto pinturas rupestres, grabados, utensilios de cerámica procedentes desde el Paleolítico hasta la Edad Media, santuarios prehistóricos y 63 especies de invertebrados cavernícolas.
Un destino poco conocido de España… pero extremadamente bonito. / Istock
Un espacio geológico increíble
Los elementos más destacables de esta formación son las muestras de la Sala de Pinturas, la Cueva del Kaite, la Sala de la Fuente y las marcas de pies descalzos de la Sala de las Huellas, que datan de hace entre 4.200 y 4.600 años. Su paisaje se caracteriza por el relieve de cuestas que forman un relieve calizo que divida la Región Eurosiberiana y la Región Mediterránea. En la Región Eurosiberiana (corresponde con la zona norte) están los Montes de Somo, ahí nacen los ríos y arroyos responsables de la formación de las cuevas.
Hay una gran diversidad de especies conviviendo en este increíble enclave. Las aves como el águila real, los buitres leonados o las rapaces nocturnas aprovechan para nidificar en los cantiles rocosos. También hay mucha variedad de mamíferos, entre ellos el gato montés, el jabalí, el corzo y la presencia puntual del lobo. La flora es escasa en el interior de las cuevas, se pueden encontrar especies que han ido adaptándose a la oscuridad y a la humedad como hongos o plantas acuáticas. En cambio, en la zona kárstica del exterior es común encontrar encinas, robles o matorrales propios del paisaje mediterráneo.
Descubre los secretos de las cuevas de Ojo Guareña
En su interior, estas cuevas esconden muchos tesoros para investigar. Un sitio perfecto del que partir es la Casa del Parque de Ojo Guareña, que ofrece información y actividades para los aventureros que visiten este asombroso lugar.
Una de las cuevas más mágicas es la Cueva Ermita de San Bernabé; en sus paredes se pueden apreciar unas pinturas en forma de murales (datadas de 1705 y 1877) que relatan los milagros y vivencias del santo. Además, para admirar el exterior de este espacio natural hay una extensa red de senderos de distinta dificultad.