El Tour, lejos de acabar este domingo en París, amplía su vida competitiva durante una semana más, donde serán las mujeres quienes tomarán el relevo al combate masculino, nueve días en total, una pelea por el jersey amarillo que comienza este sábado en la Bretaña, para que ellas recorran los parajes de toda la vida, en los que la ronda francesa vestida con traje masculino ha cautivado a los aficionados a este deporte.
Fue en 2022 cuando ASO, organizadora del Tour masculino, decidió apostar por el ciclismo femenino; una semana extra que debía servir para revivir las gestas de los hombres y completar un mes de competición, entre ellos y ellas, por las carreteras francesas. De este modo, se aprovechaba el tirón con la mente todavía fresca por los episodios vividos, ya hace cuatro años, en el duelo eterno entre Pogacar y Vingegaard y que fueran las representantes femeninas, primero con Annemiek van Vleuten y luego de la mano de Demi Vollering, las que se exhibieran en unas carreteras que se poblaban de seguidores y con las motos y cámaras que habían cubierto los 21 días de combate masculino.
Respuesta popular
Vieron que el público respondía y que, al menos en Francia, las audiencias televisivas respondían. Al segundo año, 2023, se tomó una decisión importante, ¿por qué las mujeres no podían enfrentarse también a los grandes mitos del Tour? Y ellas fueron al Tourmalet en un sábado de magia ciclista. Sólo hizo falta hacer el ascenso en coche por la mañana, con bastantes horas de anticipación al paso del pelotón femenino, para darse cuenta de la brutalidad de mujeres que subía por el monumento de los Pirineos en bicicleta.
El año pasado se apostó por las 21 curvas de Alpe d’Huez y se vibró con el duelo frenético entre una Vollering que necesitaba atacar para ganar el Tour y una corredora polaca, llamada Katarzyna Niewiadoma, que al final consiguió el triunfo ante su oponente neerlandesa por apenas 4 segundos. Lo nunca visto. Una diferencia resumida en un suspiro. Vollering se había caído días antes, yendo de amarillo. Hubo tal caos en su equipo que, al final, el accidente y la tardía reacción para solucionarlo, le costó el triunfo.
Llegada a La Madeleine
Ahora las mujeres todavía competirán dos días mientras los hombres cierran el Tour. Viajarán primero por las colinas de Bretaña para atravesar luego Francia, con perfiles de esprints y fugas, y buscar el camino hacia los Alpes con una etapa que acaba en Chambéry, la jornada reina del sábado de la semana que viene que finaliza en lo alto de La Madeleine (por donde pasaron Pogacar y compañía el jueves pasado) y la última paliza sobre la bici que llevará a las mujeres a ascender en el domingo de clausura la Joux Plaine, otra joya en el estuche de reliquias del Tour. Entre las participantes, siete españolas.
El año que viene el Giro seguirá la costumbre francesa al despertar la ronda femenina justo cuando los corredores lleguen a Milán o Roma, aún por decidir; es decir, habrá una semana extra en la lucha por la ‘maglia rosa’. En este 2025, el Giro femenino se ha disputado durante la primera semana del Tour, lo que ha supuesto un tremendo error mediático y un flaco favor a impulsar el deporte femenino mientras los ojos del gran público estaban pendientes en lo que sucedía en las carreteras de la Grande Boucle.
Falta por ver si en un futuro la Vuelta también llevará a las mujeres a iniciar la competición mientras sus colegas masculinos dan las últimas pedaladas camino de Madrid, en un ciclismo femenino en auge, cada vez con más carreras y días de competición.
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