Desde enero de 2024, Estíbaliz Kortazar Errecatxo tuvo que vivir con un inquiokupa en su casa. El hombre extranjero de 48 años la ofendía. «Me llamaba puta y perra sucia«, relata esta mujer de Basauri, País Vasco. Incluso le hacía insinuaciones sexuales y veía pornografía frente a ella,
El hombre le hacía la vida imposible, asegura Estíbaliz. Daba portazos todo el día y durante las noches. Dejaba las luces encendidas por las mañanas, el volumen alto al televisor por las noches y no limpiaba su habitación. Aunque Estíbaliz, también de 48 años, le pidió en varias ocasiones que se fuera de su casa, él no hizo caso.
Fue Estíbaliz quien terminó abandonando su propia casa el pasado 6 de junio por miedo a seguir viviendo sola con un hombre agresivo que se ha apoderado de su hogar. «Se cree que como soy una mujer soltera, que yo soy de su propiedad. Yo es que le veo y el corazón se me acelera a mil. Ahora mismo estoy de baja y estoy con psicólogo», detalla la mujer.
Estíbaliz tiene 48 años y ha tenido que dejar su casa temporalmente.
Estíbaliz ahora está viviendo en el piso de uno de sus hermanos, pero de manera temporal. A finales de agosto dice que regresará a su casa. Espera que el hombre al que ella ayudó en su momento y se ha vuelto su inquiokupa, ya se haya ido para entonces.
20 años de esfuerzo
Fueron 20 años los que Estíbaliz estuvo trabajando como administrativa en una empresa para ahorrar y comprar su piso. En 2021 finalmente lo consiguió. Además de su empleo, esta mujer colabora como voluntaria con una asociación de ayuda a personas sin hogar. Fue ahí donde conoció al hombre que la ha obligado a tomar la decisión de irse de su propia casa.
A finales de 2023, Estíbaliz puso en alquiler una habitación de su casa para obtener un ingreso extra. En la asociación con la que colaboraba conoció a este hombre y él se comprometió a pagarle los 350 euros mensuales que ella pedía por la habitación. «Es de lo que más me arrepiento en toda mi vida. Prefiero morirme de hambre o comer piedras antes de pasar por lo que estoy pasando», dice la mujer al recordar este episodio.
En enero de 2024, el hombre firmó un contrato de alquiler con Estíbaliz y pagaba regularmente, sin embargo, empezó a llevar basura y cosas de la calle. Después, comenzó a ofender a la mujer, quien le pedía que la respetara, «pero es que no me hace ni caso porque soy mujer y no soy musulmana».
La gota que colmó el vaso fue cuando la mujer le pidió que le dejara ver su cuarto porque sospechaba que había cosas dañadas. Él se negó y en su lugar le envió un vídeo. «Yo es que ese vídeo aún no lo termino de ver. Me da tanto asco ver cómo tenía la habitación de sucia».
Estíbaliz asegura que el inquiokupa deja todo el día las ventanas abiertas y no limpia la casa.
Estíbaliz le dijo que se fuera de su casa, pero él no quiso. Incluso ella llevó a un amigo extranjero como él para que le ayudara a convencerlo de dejar el piso. «Pues se pusieron a hablar en árabe, se pelearon y el inquiokupa le mordió en la cara«, relata la mujer. Su amigo tuvo que ir al hospital y necesitaron ponerle 10 puntos en el rostro.
Dejó de pagar
La esperanza de Estíbaliz era que el hombre se fuera de su casa en enero de este año, cuando su contrato se terminara, pero no fue así. Le dijo que no se iría, y aunque ella no quisiera, él seguiría en la casa.
Estíbaliz llamó a la Policía el 1 de enero de 2025 y les explicó lo sucedido, pero «me dijeron que no podían hacer nada si no había una orden de desahucio».
Desde entonces, el hombre se convirtió en un inquiokupa. Dejó de pagar el alquiler y vive en la casa de Estíbaliz. «Estoy pagando su electricidad que me cuesta más de 200 euros al mes y encima no me paga el alquiler», reclama la mujer.
Ha buscado asesoramiento con abogados y también ayuda de la justicia, pero todo es muy lento o poco efectivo, señala Estíbaliz. «Aquí en España les permiten todo», critica.
Casi todos los días eran infernales para ella viviendo con él. El hombre dejaba las ventanas abiertas, ponía la televisión con volumen alto por las noches y no la dejaba dormir, e incluso ha cambiado dos veces la cerradura de la casa para que Estíbaliz no pueda entrar. Horas después, él mismo le ha dejado la llave.
Estíbaliz regresará a su casa en agosto.
Desde el 6 de junio en que Estíbaliz se fue, el hombre no ha limpiado la casa y permanece «asquerosa», asegura. Ella de vez en cuando llega para coger algo de ropa, y siente mucha pena de ver su hogar así.
La pesadilla que ha vivido Estíbaliz en su propia casa con este inquiokupa la ha llevado a reflexionar. «Yo invito a todo el mundo a que no alquile un piso y si lo hace, que primero contacte con un abogado porque es súper difícil echar a una persona».
También asegura que cuando recupere su casa «ya no voy a acoger a chicos en situación de calle, ni a nadie. Voy a vivir sola».