«Fuiste al Carmín de la Pola, llevaste media azules», dice la canción de antaño. En realidad, hoy lo que se lleva al prao es la camiseta blanca y el pañuelo azul y esa vestimenta es la que predomina entre las miles de personas que están disfrutando de la llamada romería de Asturias en La Sobatiella, que luce blanquiazul por la uniformidad de los romeros y desborda alegría y ganas de pasarlo bien en una de las más emblemáticas citas del verano asturiano.
Las charangas tocan a esta hora sin parar entre los más jóvenes, llegados de todas partes de Asturias, y que ocupan, de pie, la zona más amplia del espacio de la fiesta, mientras las familias y pandillas de amigos de Pola de Siero están en las parcelas con mesas, sillas, cenadores y neveras que colocaron esta mañana en el prao.
La fiesta arrancó en la Pola esta mañana con la alborada de gaita y tambor y con los más madrugadores cogiendo sitio en La Sobatiella para tenerlo todo preparado para la gran merienda que se celebra esta tarde-noche. A las 17.00 horas el desfile partió del casco antiguo poleso en dirección al prao de la fiesta y la llegada y entrada masiva de jóvenes se produjo de manera fluida y sin incidentes.
A esta hora, miles de chavales celebran El Carmín de la Pola con el cielo algo más nublado, algo que agradecen tras el sol que apretó a primera hora de la tarde. Hace menos calor y por ello se ven menos pistolas de agua para refrescarse que otros años. Es posible, se comentaba también entre los asistentes, que esta vez haya habido algo menos de afluencia que en ediciones anteriores, aunque la cita sigue siendo multitudinaria.
Lo que sigue como siempre es la sidra, un «básico» de El Carmín, que se desarrollará hasta la medianoche en La Sobatiella, que a partir de esa hora comenzará a ser desalojada de «manera ordenada y tranquila» para que la fiesta se traslade al centro de la villa, con DJs y orquestas en las calles.