«Nosotros, los abajo firmantes, nos unimos para dar un mensaje simple y urgente: la guerra de Gaza debe para ahora«. Así arranca el comunicado conjunto que han emitido 24 países, en su mayoría europeos, para exigir a Israel que detenga las operaciones militares y la hambruna impuesta por su cerco de Gaza.
«El sufrimiento de los civiles en Gaza ha alcanzado nuevas cotas. El sistema de reparto de ayuda del Gobierno israelí es peligroso, promueve la inestabilidad y priva a los gazatíes de su dignidad», se lee en el texto. «Condenamos el goteo de ayuda y la muerte inhumana de civiles, incluidos niños, que buscan sus necesidades básicas de agua y comida. Es terrorífico que más de 800 palestinos hayan sido asesinados («killed», en inglés, muertos de forma violenta) mientras buscaban ayuda». En las últimas horas, el ejército israelí ha matado a tiros a decenas de palestinos, muchos de ellos niños, mientras acudían a intentar conseguir algo de comida en el puesto militarizado de distribución de ayuda de la denominada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF por sus siglas en inglés), que ha sido fuertemente criticada por el grueso de organizaciones humanitarias y se ha convertido en una trampa mortal para los gazatíes hambrientos.
El texto está firmado por los ministros de Exteriores de los siguientes países: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovenia, España, Suecia, Suiza y Reino Unido.
La ausencia más relevante de los países europeos es la de Alemania, que ha estado dando apoyo diplomático y militar a Israel desde el comienzo de la guerra en Gaza el pasado 7 de octubre de 2023, tras los ataques de Hamás, que causaron al menos 1.139 muertos y el secuestro de 250 personas, decenas de ellas aún en manos de la banda islamista. Desde entonces, el ejército israelí ha atacado prácticamente a diario la estrecha franja de 2,2 millones personas, que ahora está prácticamente destruida. Al menos 57.000 personas han muerto, en su mayoría mujeres y niños.
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