El último mensaje que el marinero y periodista grancanario Miguel Moreno Dapena envió a su familia fue en la noche del 19 de junio tras la retención de la embarcación en la que viajaba por parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en aguas pertenecientes a la jurisdicción de Venezuela, según el país sudamericano. Desde entonces, la familia de este hombre de 34 años no ha tenido ningún tipo de comunicación con él y sigue sin conocer su paradero y la situación en la que se encuentra.
«Estamos desesperados, es como chocarse contra un muro», indica resignada la familia, «seguimos un mes después sin saber dónde está ni que pueda recibir asistencia consular». Desde que aquel último mensaje y una vez el propio ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, explicara que habían interceptado el barco en el que viaja comenzaron las conversaciones con la embajada y el consulado español en el país sudamericano.
Moreno Dapena viajaba en el N35, un barco con bandera Panameña que se encontraba realizando una expedición en busca de pecios hundidos en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. El propio ministro de Defensa venezolano calificó al buque como «muy sospechoso», pintado de gris y «con una nomenclatura militar».
Rumbo a Guyana y Trinidad y Tobago
La embarcación se encontraba a unas 50 millas del delta del Orinoco cuando fue interceptada por la Armada. Las autoridades del país sudamericano señalaron entonces, el pasado 13 de junio, que se encontraba en aguas «incontrovertiblemente venezolanas». El buque partió del Puerto de Las Palmas el 5 de junio y tras unos días al sur de Canarias decidió poner rumbo a Guyana y Trinidad y Tobago, donde pretendían seguir la expedición marina.
Sería en las inmediaciones de la zona marítima en conflicto entre Venezuela y Guayana por el control del territorio del Esequivo donde lo interceptó la Armada venezolana. Tras confundirlo con un buque de guerra, lo escoltaron hasta el puerto de Guamache, en la isla Margarita. Una vez allí, la comunicación entre Moreno Dapena y su familia prosiguió durante varios días. El último mensaje se produjo el 19 de junio, cuando supuestamente los iban a trasladar a Fiscalía para declarar.
Miguel Moreno junto a miembros de la armada bolivariana antes de que lo retuvieran en Venezuela / La Provincia
En contacto con el consulado español
Desde entonces, la familia del marinero canario ha estado en constante contacto con la embajada y el consulado español en Caracas, Venezuela. Contando con el marinero canario, a bordo del N35 viajaba una tripulación de nueve personas y seis nacionalidades diferentes: dos neerlandeses -el capitán del barco y su esposa-, tres hondureños, un indonesio, un panameño y una húngara.
Miguel Moreno Dapena fue redactor de LA PROVINCIA/DLP antes de sumarse a la expedición del N35. El buque tiene sede en Países Bajos y lleva varios años haciendo expediciones en el Atlántico. En mayo hizo una puesta a punto en el Puerto de Las Palmas antes de zarpar nuevamente.