En la ‘troupe’ de Tamara que aparece en la serie de Netflix ‘Superestar’, un personaje clave es el cantante Leonardo Dantés, compositor de su gran ‘hit’, ‘No cambié’. Lo interpreta el actor y director teatral catalán Secun de la Rosa, que se hizo enormemente popular gracias a la comedia ‘Aída’.
¿Qué recuerdos tenía de Tamara, Leonardo Dantés y compañía, que se hicieron famosos a principios de los 2000?
Los conocía, porque eran los famosos del momento en España, pero a mí me pilló recién llegado a Madrid y estaba todo el día estudiando teatro, trabajando por las noches de camarero para pagarme las clases, compartiendo piso con cuatro más en Lavapiés… Así que estaba en un momento poco televisivo. Cuando tuve dinero me compré una tele y lo vi todo, pero en el momento de ‘Crónicas marcianas’ los conocía porque la broma estaba en la calle, pero lo veía más de refilón. He conocido todo lo que significaron a posteriori.
A Leonardo Dantés le recordamos por ‘Crónicas marcianas’ y ‘El baile del pañuelo’, pero ya tenía una trayectoria como compositor.
La gran dicotomía de Leonardo Dantés, lo que hace grande al personaje, es que llevaba muchos años luchando como artista. Era un compositor en la sombra. Muy poca gente sabía que es el autor de ‘Carmen’, ‘Por la calle abajo’ y de canciones para mucha gente de los 70 como Raffaela Carrá, Sara Montiel, Manolo Escobar… Cuando está este momento de la tele de los 2000 y le pasa lo que le pasa en el universo ‘Crónicas marcianas’ él está un poco en tierra de nadie, pero ya era un gran compositor.
El personaje de Leonardo Dantés sirve en ‘Superestar’ para hablar de la fama.
Sí, sirve para hablar de a lo que le damos valor y a lo que no ante la mirada de los demás. Él sufre por estar metido en ese universo televisivo de locura, por tener ese tipo de fama. Él querría la fama por su trabajo, que para eso ha compuesto canciones que han sido números uno. Aparte de eso, también hay algo de por qué valoramos a unos artistas aunque sean mediocres y nos reímos de otros buenos por su imagen. Es muy interesante todo lo que aborda el personaje de Leonardo.
¿Cree que la televisión fue injusta con estos personajes?
Pues no le sé a ciencia cierta después de todos los programas que he visto, de todos los guiones, de interpretarlo… Para mí meterme en la piel de Leonardo ha sido como si estuviera haciendo una tragedia griega o un Shakespeare. Yo me lo he tomado con la misma fuerza y valor. Sí que tengo claro que se rieron de ellos y que lo pasaron mal, pero no sé hasta qué punto ellos también aprovecharon ese momento.
‘Superestar’ es una comedia, pero con un trasfondo trágico y triste.
Hay un trasfondo muy triste porque en la vida de la gente hay momentos buenos, malos, regulares… Cuando vives la fama estás todo el rato expuesto al ojo ajeno. ¡Imagínate que todo el país está opinando y riéndose de ti! Yo creo que lo que vivieron raya la crueldad.
Pepón Nieto, Ingrid García-Jonsson y Secun de la Rosa, como Tony Genil, Tamara y Leonardo Dantés en ‘Superestar’ / CARLA OSET / NETFLIX
¿Pudo hablar con Leonardo Dantés?
Sí. Yo estaba muy asustado, porque quería darle mucho valor a Leonardo. Si siempre tenemos que defender a los personajes, en el caso de uno real todavía más. Tienes que sacar la sensibilidad y la empatía que tengas. Les han caricaturizado tanto, han hecho tanto humor con ellos, que lo fácil hubiera sido caer en eso. Aparte, Leonardo tenía un punto de dificultad.
«Mi última función de teatro la he hecho en toda España, menos en Catalunya. Como catalán, me da mucha pena»
¿Cuál?
Lo que le definía era su peluca, pero en esta serie todos la llevan, así que era complicado construir el personaje. Como no podía hacerlo desde ahí, había que meterse mucho en su alma y encontrar su mirada. Para mí supuso una implicación brutal y creo que me hizo entenderle más. Tuve la oportunidad de conocerle en la oficina de la productora y charlar un rato con él. Luego lo vi en la fiesta que se hizo, a la que fue a cantar. En esos dos ratitos vi a un señor entrañable, muy cabal, muy sensato, que sigue con sus canciones, con sus poemas… Una persona con una madurez muy digna.

Secun de la Rosa y Natalia de Molina, como Leonardo Dantés y Loly Álvarez en ‘Superestar’ / CARLA OSET / NETFLIX
Lleva muchos años viviendo en Madrid, pero usted es barcelonés, del barrio de Verdún. ¿No tiene ganas de volver a trabajar en Catalunya?
Lo estoy deseando. Cuando escribo teatro hago muchas referencias a mi Catalunya, a mi Barcelona. Mi última función, ‘Las piscinas de Barceloneta’, que tuvo muy buenas críticas, la he hecho en toda España menos en Catalunya. No me han llamado para hacerla, y eso me da mucha pena.
Siendo, además, catalán.
Soy de origen humilde, de Nou Barris, tengo abuelos pescadores. Me salió una beca de teatro y me fui a Madrid, donde conocí a la compañía Animalario, el teatro emergente del Madrid de los 90, y me empezó a salir trabajo. Pero voy mucho a Barcelona a ver a mi madre, a mis primos, estoy mucho allí. Cada vez que hago una función de teatro intento venderla. He ido a hacer teatro al Teatre Nacional, ‘El jardín de los cerezos’, me llamó Agustí Villaronga para hacer ‘Després de la pluja’, otra vez he ido a la ciudad a hacer alguna obra mía… Pero no me llaman mucho, y a mí como barcelonés, como hijo de madre catalana, como charnego, me encantaría que me llamaran. De hecho, estoy escribiendo una serie que ocurre en Barcelona.
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