Durante la semana pasada viví una situación que me hizo pensar. Estaba de vacaciones en Peñíscola disfrutando de una escapada que pretendía ser de sol y playa, y eso sucedió en muchos días, pero no en todos. Los cumulonimbos truncaron algunos de nuestros planes con rayos, truenos y chaparrones. Prometí a mi mujer no mirar mucho el móvil y no lo hice… mucho. Con el pronóstico de tormentas fuertes no tuve más remedio que revisar los modelos meteorológicos y consultar los avisos oficiales. Ya saben, fuerza mayor.
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