La catedrática de Geografía de la Universitat de València y la máxima experta en el barranco del Poyo, Ana Camarasa, declaró ante la jueza el pasado 10 de julio que el desbordamiento de la rambla fue una «inundación relámpago» conocida en términos científicos como «flash flood», que es lo mismo que ha pasado en Texas. Es una crecida que va por olas, producida por núcleos de lluvia muy determinados, que se produce en forma de pared de agua, y cuando se va [una crecida] puede venir otra, más grande cabe esperar, dependiendo de la intensidad de lluvia».
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 de Catarroja ha notificado la transcripción de su declaración en la que la geógrafa explicó el comportamiento, conocido, de la cuenca del Poyo y la extensa red de ramblas que desaguan en él y que forman una cuenca que se extiende sobre 450 kilómetros cuadrados (km2) entre las comarcas de la Hoya de Buñol, el Camp de Turia y l’Horta Sud. Aunque una de sus características que la hace más peligrosa es el desnivel de 1.000 metros que desciende al nivel del mar en sólo 50 kilómetros al desembocar en l’Albufera. Un especie de tobogán hidrológico, comoya explicó Levante-EMV.
«En una rambla no se ve subir poco a poco el agua, tú ves que no hay agua, además no hay lluvia, no se percibe el peligro, porque no se percibía que lloviera y no había agua en el barranco… Y de pronto vino una ola, como una pared que se desplaza sobre un suelo seco, un muro de agua, un frente de ola móvil… Y cuando sigue lloviendo pueden sucederse más frentes de ola móvil, de manera que pueden haber picos múltiples, que haya uno no quiere decir que no vaya a venir otro, si sigue lloviendo puede venir otro», explicó la catedrática de Geografía a la jueza y el fiscal de la dana.
«Eso es lo que -continuó- pasó en la rambla del Poyo en el año 2000 [cuando] hubo 3 picos. Y también pasó en València en 1957: todo el mundo pensaba que como había venido la primera crecida, estábamos a salvo pero de madrugada llegó otra más importante. Son olas de crecida, que obedecen a núcleos de precipitación, uno no se puede ir a su casa si no deja de llover», detalla la transcripción de la declaración judicial de Camarasa.
La experta también conformó que lo sucedido el 29 de octubre confirma que «estamos ante una constatación del cambio climático. El episodio de la dana ha sido un cambio de escala», aseguró Camarasa. «En la rambla del Poyo, hasta el aforo [ubicado en Riba-roja], tiene una lluvia media en la vertiente al aforo calculada por el Cedex de 498 mm, eso es más que lo que se recogió en el episodio del año 2000, la última gran avenida medida en el mismo sitio y por tanto comparable. En el año 2000 ya causó tres picos de crecida, pero entonces en 4 días hubo menos [precipitación] que en un día de 2024».
El margen de reacción para esquivar la barrancada y ponerse a salvo, según los datos que ofreció la catedrática de Geografía Ana Camarasa, era muy escaso.» La primera ola de crecida, tuvo un tiempo al pico de 40 minutos con 266 m3/seg. Y la segunda de 60 minutos, desde que empieza a subir. Se rompió el sensor [del barranco del Poyo ubicado en Riba-roja en el cruce con la A-3], pero más o menos, la subida fue espectacular, fue muy rápida, porque funcionan así con este tipo de lluvias en esta cuenca. Si llueve de manera poco intensa esto no pasa», concluyó la cientifica.
De ahí que, como ya publicó Levante-EMV, la catedrática de Geografía confirmó ante la jueza y el fiscal de la dana que el mensaje del Es Alert para alertar sobre la crecida del barranco del Poyo «se debería haber enviado antes de las 15 horas» porque «en los días previos, desde el 25 de octubre, ya había llovido y el barranco del Poyo ya iba cargado y, por tanto, el suelo no estaba seco».
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