«Llevamos tiempo denunciando». Los vecinos de las calles Angostura y Tirma, en el barrio de La Isleta, afirman que han presentado «varios escritos al Ayuntamiento» de Las Palmas de Gran Canaria alertando de la situación que se viene sucediendo desde hace varios años en la vivienda abandonada -un inmueble ocupado y usado para el consumo de hachís o marihuana- donde una chica menor de edad sufrió graves quemaduras en el 95% de su cuerpo en la madrugada de este cuerpo a manos de un chico de 20 años, presuntamente.
Todo comenzó poco antes de las cuatro de la mañana. «Mi hijo se levantó sobresaltado a esa hora y me preguntó diciendo que olía a quemado», explica una vecina en la esquina de Angostura con Tirma, «cuando bajé a la calle ya vi a los bomberos». Los pocos vecinos que paseaban en la mañana de este miércoles por este rincón de La Isleta comentan en corrillo lo sucedido, una situación que venían alertando desde hacía tiempo.
«Parece que con estas cosas tiene que pasar algo fuerte para que hagan algo», apuntaron varias vecinas de la calle Tirma. Mientras tanto, a sus espaldas se veía a varios agentes de la policía científica recoger muestras del incendio que tuvo lugar de madrugada y del que verdaderamente pocos se percataron, más allá del olor que les despertó de madrugada.
Procesión de la Virgen del Carmen
Para La Isleta este era un día especial, a la misma hora a la que estaba produciéndose la agresión en el número 17 de la calle Tirma la gente comenzaba a agolparse a las puertas de la iglesia del Carmen. Ya a plena luz del día, los agentes de la policía científica recogían pruebas mientras la procesión de la Virgen del Carmen pasaba con cientos de personas a apenas 100 metros de distancia.
Entre los vecinos de calles como Roque Nublo o Palmar las caras de absoluta incredulidad cuando se enteraban a través de la prensa de lo sucedido apenas unas horas antes. Ni siquiera en el bar Diaz, a escasos metros del inmueble donde tuvo lugar la agresión, se enteraron de lo ocurrido apenas unas horas antes. «Me lo contaron cuando ya abrí el negocio a las seis de la mañana», resalta el camarero del establecimiento, mientras no para de repartir bocadillos entre devotos de la virgen.
El incendio se produjo en la segunda planta de la vivienda, parcialmente derruida, un espacio de apenas 14 metros cuadrados repleto de basura y que hace las veces de refugio para el consumo de estupefacientes. El inmueble lleva años tapiado, tanto puerta como ventana. La propiedad cuenta con varios herederos, por lo que ha permanecido vacía durante largo tiempo, algo muy habitual con este tipo de casas terreras en La Isleta.
«Se meten» jóvenes drogodependientes
Anexa al mismo existe un garaje y taller que da también a la calle Angostura. El dueño resalta que llevan tiempo alertando de la situación que se vive en la parte superior de la vivienda tapiada. Un lugar donde habitualmente «se meten» jóvenes drogodependientes y en más de una ocasión se han producido altercados. «Hacía meses que no se escuchaba a nadie», comentan, «hasta esta noche».
Para poder acceder a dicho espacio, quienes lo frecuentan lo hacen a través de un muro medio derruido en la calle Nouadhibou. Se trata de la muralla que tradicionalmente separaba la zona civil y residencial del barrio de La Isleta de la zona militar y, más concretamente, del antiguo cuartel Canarias 50. La pared no tiene ningún tipo de mantenimiento desde hace décadas, por lo que es fácil escalar por la misma hasta la pequeña azotea sobre el número 17 de Tirma.
«Si eso no lo tiran esto seguirá así», apuntó otra vecina de la misma calle. En La Isleta, las viviendas abandonadas y ocupadas para actividades ligadas con al menudeo o consumo de drogas vienen siendo algo habitual desde los años 80. De hecho, el que fuera el epicentro del narcotráfico en el Puerto durante décadas -la calle Andamana e inmediaciones- ha acabado parcialmente en el suelo por la piqueta después de que los vecinos pusieran reiteradas denuncias para acabar con la situación.
Los vecinos han denunciado en los últimos años el aumento en la sensación de inseguridad en el barrio. «En el parquillo hay constantes escandaleras», indicaron varias vecinas mientras comentaban lo ocurrido durante la madrugada, en referencia a la plaza de Ferret, situada a escasos metros de donde se produjo el incendio en el que se vio implicada una menor de edad que además está tutelada por el Gobierno de Canarias.