Jornada de gala y muy esperada en Marín, donde la princesa de Asturias recibió ayer la Gran Cruz al mérito Naval con distintivo blanco, un reconocimiento militar que le impuso su padre, el rey Felipe VI, y que pone el broche de oro a su formación naval en la villa. Leonor de Borbón y Ortiz recibió la condecoración, una banda y una placa, en el marco del acto por el Día del Carmen que se celebró en la Escuela Naval Militar y en el que se entregaron los reales despachos a los nuevos oficiales de la Armada.
Una vez más, padre e hija demostraron la complicidad que hay entre ellos, que fue más que evidente en el sincero abrazo que se dieron en la explanada del recinto militar, bajo un sol que a esas horas del mediodía dejaba una temperatura que superaba los 30 grados centígrados.
La princesa de Asturias formó filas con sus compañeros ante los reyes de España y autoridades, entre ellas, la ministra de Defensa, Margarita Robles; el delegado del Gobierno, Pedro Blanco; el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada; el presidente de la Diputación, Luis López, y la alcaldesa de Marín, María Ramallo, entre otros.
Por supuesto, el comandante director de la Escuela Naval Militar, Pedro Cardona Suanzes, tuvo ayer un protagonismo especial, ya que ha sido su último acto en el cargo en Marín, puesto que también se despide de este centro este año.
Pero, sin duda, para la joven princesa la presencia más importante fue la de su familia, ya que además del rey se encontraba su madre, la reina Letizia, y su hermana, la infanta Sofía, que por primera vez ha estado en Marín. Ambas caminaron a la par por la explanada. La reina llevó para la ocasión un vestido de color azul marino con ribeteados en crudo de la firma española Vogana y sandalias de tacón cuadrado y bolso a juego en el mismo tono claro. Por su parte, la infanta optó por un sencillo modelo de blusa blanca y pantalón oscuro y bailarinas.
Los reyes fueron recibidos por la ministra de defensa, tras lo cual Felipe VI pasó revista a las tropas, entre las que se encontraba su hija la princesa de Asturias. El jefe del Estado vistió ayer el uniforme blanco de gala con galones de capitán de la Armada, con bastón sobre sable con 4 estrellas. El de la princesa era el mismo que el de sus compañeros, el de la tercera brigada de alumnos.
Mientras tanto la reina y la infanta se situaron en la tribuna de autoridades, en donde después les acompañó el rey y, para terminar el acto, la princesa.
Jura de bandera
Han sido 86 alumnos, siete de ellos mujeres, los que juraron la bandera, incluidos un alumno de Tailandia y otro de Ecuador. Asimismo, 130 alumnos recibieron el despacho, 20 de ellos mujeres, incluidos 10 alumnos de Arabia Saudí. Durante el curso 2024-2025 han estudiado en la Escuela Naval Militar de Marín un total de 654 alumnos. Especial protagonismo tuvieron aquellos nuevos oficiales que obtuvieron el número uno de sus respectivas promociones. El rey les entregó a ellos los reales despachos.
Las familias se volcaron con los jóvenes, gritando vítores desde unas gradas abarrotadas. Tras ese emotivo momento, tuvo lugar el desfile de los nuevos oficiales bajo la bandera como despedida de la Escuela Naval Militar.
El acto no sería igual sin la interpretación de la banda de música de la escuela, que ayer toco una docena de piezas.
Tras once meses de su ingreso en la Escuela Naval Militar de Marín, la princesa de Asturias abandona este centro y, una vez completada esta etapa, ascenderá al empleo de guardamarina de segundo (cuarto curso), el mismo que el resto de compañeros con los que ha realizado su formación durante el curso académico 2024-2025.
A partir de septiembre, una vez finalizada esta etapa en la Armada, Leonor de Borbón continuará su formación militar en la Academia General del Aire y Espacio de San Javier, en Murcia.
El paso de la princesa por Marín generó mucha expectación durante todo el curso. Conocidas fueron sus salidas de ocio con sus compañeros. Así, se supo que había conocido la experiencia de los «furanchos», como el de Poio «A de Caballero». También se la vio en algunos locales nocturnos de Pontevedra.
Prueba de la satisfacción institucional de su paso por la villa y la comunidad autónoma, fueron la entrega el pasado lunes del título de hija adoptiva de Marín y la Medalla de Oro de Galicia, por parte del Concello de Marín y la Xunta.
La primera mujer número uno en su promoción
El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, entregó un sable a la alférez de navío Sara García-Cubillana López, la primera mujer en conseguir ser la número uno de su promoción. Además de ella, otros cuatro jóvenes fueron condecorados por ser los número uno de su promoción: los tenientes Iago Novo Andrade y Alberto Franzón Outón y los alférez de navío Sebastián Sotomayor Toribio y Francisco Javier González Moreno