Interrupciones


Algunos espectadores se quejan de que ahora que la televisión pública no tiene publicidad interrumpa sus programas constantemente para lanzar sus autopromociones. Yo lo disculpo y lo veo lógico. La tele pública no tiene quien la defienda, o casi. Es de justicia que deba ser ella misma la que proclame sus ofertas. Eso sí, pondría un límite en las películas. Está feo mancillar el cine en la que es su casa, y la televisión pública lo es. Por lo demás, cada vez que aparece el rótulo de "volvemos en 3 minutos", o en noventa segundos, o cuando sea, no me irrito lo más mínimo, y asisto con agrado al avance de los programas que se avecinan.

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