El Gobierno francés superó en la madrugada del sábado dos nuevas mociones de censura -ya son 20 en apenas 17 meses de legislatura-, pues ninguna logró los 289 votos necesarios para derribar al Ejecutivo. Ambas tenían remotas opciones de prosperar por el apoyo tácito de la derecha clásica de Los Republicanos (LR) al Ejecutivo de Élisabeth Borne. Cabe resaltar que en Francia una moción de censura solo sirve para un tumbar un Ejecutivo, pues no se presenta un candidato alternativo que suplante a la administración cesada.
Esta vez, fracasaron dos textos en la Asamblea Nacional, uno de la extrema derecha de Agrupación Nacional (RN), que recabó 89 apoyos, y otro de la extrema izquierda de La Francia Insumisa (LFI), que logró 219 al sumar a sus aliados progresistas.
Las dos formaciones, la segunda y tercera con más representación en el hemiciclo, presentaron las mociones en respuesta a la enésima aplicación por parte del Ejecutivo del artículo 49.3 de la Constitución. Este resorte permite al Gobierno aprobar leyes sin tener la mayoría suficiente de la Asamblea Nacional francesa.
De todas las mociones que ha superado el Gobierno de Borne, la que estuvo más cerca de prosperar fue la del 20 de marzo, justo tras la aprobación sin votación parlamentaria de la polémica reforma de las pensiones. Ese día, un puñado de diputados del LR se sumó a la izquierda y a la ultraderecha, de forma que el Ejecutivo se salvó por solo nueve votos.