Uno de los efectos colaterales del verano —además del aumento de las temperaturas— es la presencia de insectos como mosquitos, avispas, garrapatas o mosca negra. Aunque no solo están durante la temporada estival, sí es verdad que su actividad aumenta debido al calor (que favorece su reproducción y desarrollo) y la humedad.
Por eso, ante la llegada del buen tiempo y con menos ropa protegiendo nuestra piel, la exposición a picaduras se dispara, especialmente a última hora de la tarde y cerca de pantanos y zonas húmedas.
En la mayoría de los casos, las picaduras no son graves ni requieren asistencia médica, pero pueden causar reacciones alérgicas, infectarse o transmitir enfermedades como la malaria, el virus del Zika o la enfermedad de Lyme. Como explican desde la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), «cuando nos pican o muerden suelen aparecer síntomas como enrojecimiento, hinchazón y picor más o menos importantes y duraderos».
Sin embargo, como ya hemos comentado, «no suelen dar problemas y un 90% de ellas se trata en el ámbito familiar». Y como en algunas ocasiones puede ser un motivo de derivación a urgencias, es importante adoptar medidas preventivas.
Tipos de picadura y cómo diferenciarlas
Los síntomas que provocan las picaduras de los insectos pueden ayudarnos a identificar de una manera rápida y fácil qué nos ha picado y, sobre todo, si es necesario acudir al hospital. Las protuberancias rojas que producen picor y dolor son los más comunes y casi siempre no van a más, pero también pueden aparecer ampollas o ronchas.
Tipos de picaduras de insectos en verano / Wikimedia Commons/elaboración propia
Mosquito
Es la lucha diaria cuando el calor se impone y los mosquitos, ese pequeño insecto que mide entre 3 y 6 mm, vienen a amargarnos el atardecer.
Y aunque sabemos que casi nunca tiene más problema que un molesto y pesado picor, nos angustia tanto que hay pocos sonidos más desagradables que el zumbido de un mosquito pegado a nuestra oreja cuando ya estamos en la cama. Las hembras son las que pican, ya que tienen una pieza bucal en forma de espada que está diseñada para perforar la piel y extraer la sangre.
Las picaduras de mosquito suelen ser muy sencillas de reconocer: pequeños bultos en la piel que pican mucho y que aparecen minutos después de haber sido su víctima. Suelen desaparecer de forma espontánea sin complicaciones.
Avispa
Aunque su picadura puede parecer inofensiva, es un peligro mortal para miles de personas que son alérgicas. Desde la Sociedad Española de Alergología (SEAIC), en nuestro país «la prevalencia de reacciones locales extensas por picadura de himenópteros (abejas, avispas, hormigas…), lo que vulgarmente entendemos como hinchazón de la zona de la picadura, que persiste unas 24 horas, se sitúa entre el 5,3% y el 26,4%»
Y el dato es más que alarmante: solo en la Unión Europea, cada año unas 200 personas fallecen como consecuencia de la picadura de uno de estos insectos. La SEAIC especifica que «en individuos con un buen estado general de salud y no alérgicos al veneno de abeja o avispa, se ha demostrado que se pueden soportar bastante bien de 1 a 25 picaduras». Los efectos tóxicos podrían empezar a partir de las 50 picaduras. La dosis letal: 100 picaduras en niños, 500 en adulto.
Su picadura es muy dolorosa. Y provoca enrojecimiento e hinchazón local.
Abeja
Los síntomas de su picadura son muy parecidos a lo de la avispa. Como recalcan desde SEFAC, si nos pica una abeja es muy importante extraer el aguijón, pero no debe hacerse con unas pinzas para que no se rompa la bolsa de veneno. Debe retirarse «raspando con una tarjeta de crédito o cualquier otro objeto de borde recto. Y después limpiar la zona con agua y jabón», subrayan los expertos.
Araña
Con más de 45.000 especies de araña descritas, es casi imposible identificar qué tipo nos ha picado. Sin embargo, la mayoría de ellas producen la misma sintomatología que puede alertarnos de qué picadura es.
Suelen aparecer dos pequeñas marcas punzantes, que produce dolor, hinchazón, enrojecimiento y que puede derivar en algunos casos en ampolladas. Dependiendo de la especie, puede presentarse fiebre o malestar general. Normalmente, son inofensivas, a excepción de la viuda negra ibérica o araña vagabunda, que causa sudoración profunda, aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca (taquicardia), inflamación, dificultad para respirar o debilidad.
Hormiga
Aunque parezca mentira, las hormigas también pican, sobre todo, la hormiga de fuego —cuyo tamaño varía de 2 a 6 mm y que atacan en grupo— y que provoca un ardor intenso en la zona donde nos ha picado y que va acompañado de dolor agudo que se asemeja a una quemadura por aceite caliente o solar.
El síntoma más habitual son pequeñas fístulas con inflamación y enrojecimiento. El dolor puede durar varias horas y las pústulas pueden tardar varios días en curarse por completo. Generalmente, no es necesario acudir a urgencias ni llevar a cabo un tratamiento específico.
Pulgas
La picadura de pulgas es una de las más características: pequeños puntos rojos agrupados y que aparecen en todas expuestas, como las piernas, tobillos u otras zonas. Produce un pictor intenso y persistente. Lo más peligroso es que se infecten por el rascado excesivo. Las pulgas pueden transmitir enfermedades, tanto a los animales como a los animales. El tifus y la peste son los más comunes.
Garrapata
Es de las más peligrosas. Las garrapatas entierran su cabeza en la piel para succionar la sangre, y ocasionan dolor, comezón y molestias donde se instalan. Pueden producir dolencias como la enfermedad de Lyme, cuya sintomatología comienza entre 3 y 30 días después de su picadura.
- Sarpullido en la zona de la picadura, denominado eritema migratorio. Se expande lentamente día tras día y puede llegar a medir hasta 30 centímetros. No suele producir ni picor ni dolor. Es frecuente que, al tacto, se sienta caliente
- Fiebre
- Escalofríos
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- Dolores musculares
- Rigidez del cuello
- Ganglios linfáticos inflamados
Para su extracción, si no se dispone de pinzas “hay que utilizar guantes o un trozo de plástico para proteger los dedos. No se recomienda puncionar o romperla dentro de la lesión porque se pueden producir infecciones bacterianas ya mencionadas. Tampoco el uso de cigarrillos para desprender la garrapata, no siempre es efectivo y lesionan la piel”.