gran preámbulo a la Alfombra de la Cultura y el Liderazgo de Granada

El agua ondeaba en las acequias del Generalife. Una brisa mínima, apenas interrumpida por las campanadas que marcaban la hora desde algún punto invisible de la ciudad. Las columnas proyectaban sombras con cierta extrañeza, como si repitieran gestos heredados de otro tiempo.

Entre el olor a vegetación dormida y la calma del verano andaluz, La Alhambra parecía retenida en un instante fuera de tiempo. En ese instante suspendido —de belleza incontestable, tan inédito que bien podría ser irreal— se sentaron cinco mujeres para hablar de todo aquello que nunca se ve.

Escritoras. Damas del crimen. Posibles víctimas o posibles verdugos. A Espido Freire, Cristina Higueras, Nativel Preciado, Marta Robles y Cruz Sánchez de Lara, la noche les ofrecía un escenario perfecto. No se trataba solo de leer: se trataba de habitar el misterio. De escribirlo desde dentro.

Allí, entre susurros de leyenda y el murmullo de las murallas, las autoras se reunieron para imaginar el arranque de un relato colectivo: el encierro de cinco mujeres en uno de los conjuntos monumentales más imponentes de todos los tiempos. De ese punto común, acordaron llevar a cabo un ejercicio de escritura individual. Cada una escribirá un relato con su versión del misterio. La historia está en marcha, pero aún no se ha contado.

Las autoras, sumergidas en su ejercicio de mutua inspiración.


Las autoras, sumergidas en su ejercicio de mutua inspiración.

David Morales

Así nació el pasado lunes, 14 de julio, Los misterios de La Alhambra, una de las postales más memorables de la jornada inaugural de la semana cultural organizada por Magas y el Ayuntamiento de Granada en la capital nazarí.

Una Villa Diodati andaluza

Las cinco literatas aceptaron un desafío con ecos históricos: el de recrear el espíritu de Villa Diodati en 1816, aquel conocido como el ‘año sin verano’ en el que, bajo cielos encapotados y tormentas sin tregua, cuatro célebres autores sentaron las bases de la literatura de terror gótico.

Lord Byron, Percy y Mary Shelley y John Polidori se retaron a escribir historias de miedo junto al lago Lemán. Aquel encierro dio forma a Frankenstein y al primer vampiro literario.

Dos siglos después, Granada rescató ese espíritu: una noche de verano, mujeres escribiendo, con La Alhambra como testigo. La velada fue mucho más que una tertulia de autoras. Fue, también, un homenaje a Fernando Marías, escritor, editor, figura tutelar del género negro en España.

La periodista y también escritora Marta Robles se encargó de conducir la conversación.


La periodista y también escritora Marta Robles se encargó de conducir la conversación.

David Morales

“Nos acompaña un fantasma en común”, dijo una de ellas. “Él siempre pinchaba y sacaba de nosotras lo mejor”. El escritor fallecido, mentor de varias de las presentes, planeó durante toda la noche como una figura mitológica: amigo, referente, espectro provocador. 

La conversación derivó pronto en el terreno del miedo, de lo simbólico y lo oculto. La periodista Marta Robles, encargada de conducir este inédito encuentro, lanzó la primera piedra: «Un asesino es cualquiera de nosotros antes de cometer su primer asesinato». 

Cruz Sánchez de Lara, fotografiada en una de las noches más especiales de esta semana dedicada a la cultura y el liderazgo femenino en Granada.


Cruz Sánchez de Lara, fotografiada en una de las noches más especiales de esta semana dedicada a la cultura y el liderazgo femenino en Granada.

David Morales

«Yo he aprendido a convivir con el miedo a la muerte», confesaba Cruz Sánchez de Lara, ante la certeza de que cualquier noche podría ser la última. Cristina Higueras, especializada en novela negra, explicó su fascinación por los personajes que esconden dobleces: “Solo mostramos la punta del iceberg, pero cualquiera puede convertirse en monstruo”. 

Retrato de Cristina Higueras, actriz y autora amante de la novela negra.


Retrato de Cristina Higueras, actriz y autora amante de la novela negra.

David Morales

Espido Freire, más racional, pensaba siempre en la supervivencia: «Ante una situación así, yo trataría de organizarnos. ¿Quién tiene batería? ¿Quién ve mejor en la oscuridad? ¿Alguien necesitaría salir?». La siempre sabia Nativel Preciado proponía: «Para saber cómo salir de los laberintos hay que mirar al cielo». 

En su viaje literario, las autoras también rindieron homenaje al entorno que las acoge. Hablaron del cuento de las tres hermosas Princesas. Y de la leyenda de la llave y la mano, esa que dice que La Alhambra se derrumbará cuando se junten. Conversaron sobre el amor, la pérdida y lo que realmente aterra a quienes invitan a otros a dejarse sorprender.

Espido Freire ante el objetivo.


Espido Freire ante el objetivo.

David Morales

En las palabras de estas cinco escritoras había, a menudo, más verdad que literatura. Se escucharon, se provocaron, se proyectaron dentro de una historia aún inexistente. Antes de que se despidieran, acordaron convertir esa noche compartida en una serie de relatos cortos que próximamente verán la luz en esta revista.

Los misterios de La Alhambra supuso mucho más que un encuentro. Fue la culminación inédita —porque nunca antes se había organizado un acto como este en el Generalife granadino— de un día cargado de sorpresas en la ciudad andaluza, bajo la batuta de EL ESPAÑOL, Magas y el Ayuntamiento de Granada.

Nativel Preciado, recientemente galardonada con el Premio Maga de Magas, tampoco quiso perderse esta cita inédita en el Generalife granadino.


Nativel Preciado, recientemente galardonada con el Premio Maga de Magas, tampoco quiso perderse esta cita inédita en el Generalife granadino.

David Morales

Entre micros y libros

La jornada de celebraciones comenzó en el Cuarto Real de Santo Domingo, donde Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL y editora de Magas y ENCLAVE ODS; y Charo Izquierdo, directora de ENCLAVE ODS, grabaron varios episodios especiales del pódcast Arréglate que nos vamos.

Frente a ellas, mujeres que representan distintas formas de liderazgo: la diseñadora y CEO de su firma homónima Pilar Dalbat, la alcaldesa de Granada Marifrán Carazo y la gestora cultural Laura García Lorca, sobrina del gran Federico, poeta y dramaturgo de Fuente Vaqueros.

Esa mañana, el Club de Lectura de Magas se trasladó hasta la capital nazarí para acoger —bajo la atenta mirada de las paredes aterciopeladas, el pendón real y el resto de reliquias del Salón de Comisiones del Ayuntamiento— una conversación con una invitada de lujo: la periodista y escritora Nativel Preciado.

Conocida por sus años de cronista de la transición, por haber sido colaboradora de diversos diarios y tertulias, y por escribir títulos aclamados como Palabras para Olivia, la veterana plumilla se reunió con las lectoras para presentar su último retoño novelístico, El pan de mis hijos (Espasa, 2025).

Nativel Preciado y Ana Núñez-Milara, en una nueva edición del Club de Lectura de Magas celebrada en el Salón de Comisiones del Ayuntamiento de Granada.


Nativel Preciado y Ana Núñez-Milara, en una nueva edición del Club de Lectura de Magas celebrada en el Salón de Comisiones del Ayuntamiento de Granada.

David Morales

“Esta obra es el legado que les dejo”, dijo sobre ella al comenzar. A partir de ahí, la conversación conducida por Ana Núñez-Milara, directora de esta revista, se convirtió en una confesión lúcida y sin filtros. “Cuando pierdes el pudor a contar la verdad es cuando mejor escribes. Hacerlo con tanta sinceridad solo es posible a cierta edad».

Aunque aseguraba que solo en parte la protagonista de su ficción tiene algo que ver con ella, Nativel Preciado se sinceró relatando cómo sus obras le han servido de terapia: “Me han ahorrado psiquiatras. Cada novela me ha ayudado a resolver un problema existencial, a matar a un amor tóxico, etc.».

La conversación fue un mapa de los afectos, los equilibrios y los miedos propios. «Ahora estoy en la fase de destruir todo lo que no vale», dice. Y con este último título, asegura, «me he desahogado. He hablado del poder, del dinero, del amor, de cómo eduqué a mis hijos. Ahora solo quiero escribir, porque ahí soy honesta y feliz”.

Preámbulo del gran día

La jornada del martes, 15 de julio, promete mantener el pulso cultural de la ciudad tras este primer día de actos. Por la mañana se celebrará la entrega de los Premios Granada a la Cultura Europea de EL ESPAÑOL.

Los galardones, los primeros que organiza este periódico junto al Ayuntamiento de Granada, Magas y El Cultural, con el apoyo de una comprometida red de patrocinadores, reconocerán al cineasta Alejandro Amenábar en la categoría de Trayectoria y a la Fundación Loewe en la de Mecenazgo.

Será una cita institucional y festiva que reunirá a representantes del ámbito político, cultural y social. Tras estos, el protagonismo se trasladará a la Alfombra de la Cultura y el Liderazgo Femenino, una marcha simbólica que partirá del Parador de Granada hasta el Palacio de Carlos V.

En ella participarán mujeres referentes de distintos sectores en un gesto de visibilidad y celebración que servirá también como pistoletazo de salida para la XIII edición de ‘Las Top 100 Mujeres Líderes en España’, el ranking de referencia del liderazgo femenino en España.

Los patrocinadores

Apoyada por instituciones y empresas que comparten esta visión, la semana organizada por EL ESPAÑOL será una muestra de lo que puede lograrse cuando se alinean valores, recursos y compromiso.

En la red de patrocinadores se encuentran el Patronato de La Alhambra y Generalife, el Ayuntamiento de Granada, GEGSA, LVMH, la Candidatura Granada Capital Europea 2031, la Junta de Andalucía y ALSA.

Completan la lista la Cámara de Comercio de Granada, Cosentino, Eurostars Hotel Company, Evolus, Fundación Caja Rural Granada, Grupo Molina Olea, La Cueva de 1900, Lumiére Catering, Granada Premium Mercedes-Benz, Moeve, Philip Morris, Teatro Flamenco y Fundación «la Caixa».

Fuente