Los hermanos Márquez Alentá están siempre juntos. Hasta hace muy poco, también vivían en la misma mansión en Madrid. Ahora cada uno tiene su casa. De ahí que los dos sean los únicos que no se han extrañado de que, incluso en el Mundial de MotoGP, estén juntos, muy juntos, aunque Marc, el mayor, tenga suficiente ventaja ya en el campeonato de pilotos sobre Àlex (83 puntos) como para pensar que al ‘Pistolas’, que está protagonizando la tercera mejor temporada de su vida, pues se supone que las dos primeras fueron las que le sirvieron para conquistar los títulos mundiales de Moto3 y Moto2, no le dará tiempo de pelearle el título.
Marc y Àlex consiguieron ayer, en Sachsenring, ante casi 98.573 espectadores, el quinto doblete (familiar) de la temporada en MotoGP (Tailandia, Argentina, Aragón, Italia y Alemania), lo nunca visto en el Mundial. Es verdad, que Marc, de 32 años, supera a Àlex por casi dos grandes premios (83 puntos), pero no es menos cierto que el pequeño le saca ya 64 al tricampeón italiano Francesco ‘Pecco’ Bagnaia, es decir, casi dos fines de semana de ventaja (74 puntos).
«Nadie me conoce mejor que Àlex, que me dijo, desde el minuto uno, que ganaría con la Ducati oficial. Puede que, ahora, preferiría que me cambiase de moto pero, cuando dudaba, cuando no tenía confianza, él me dijo que volvería a ganar con la Ducati, sí».
Marc, en 11 fines de semana, suma 344 puntos de los 407 posibles, ha logrado siete victorias, un segundo puesto, un tercero, seis vueltas rápidas en carrera, siete ‘poles’ y ha sido 222 vueltas primero. Y lleva cuatro grandes premios seguidos (Aragón, Italia, Países Bajos y Alemania) logrando ‘pleno al 37’, es decir, sumando 148 puntos de los 148 posibles. Ya lo dijo Bagnaia, en Tailandia, “Marc está jugando con nosotros”. Y, al día siguiente, Joan Mir comentó que “este Mundial solo lo puede perder Marc”.
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“Mentiría si dijese que esperaba estos resultados en mi primer año con la Ducati oficial, mentiría, sí, porque no, no me los esperaba”, comentó Marc a El Periódico antes de regresar a Madrid, entrenarse un poquito “no mucho” y volar, el miércoles, a Brno (República Checa) donde, este fin de semana, el Mundial hará su última parada antes de las vacaciones. “Y no me lo esperaba porque, pese a que estuve persiguiendo con ahínco la Ducati oficial, jamás imaginé que me adaptaría tan rápidamente a ella y que sería competitivo tan rápido”.
Marc, que suele contar muy a menudo algunos de los secretitos que comparte con Àlex, asegura que “Àlex sí lo intuyó, sí, es más, desde el minuto uno, que me vio dudar, pues yo estaba en una situación mental delicada, falto de confianza, recuerda que hasta pensé en retirarme pues dudaba de si podría volver a ser competitivo al máximo nivel, él me dijo que no lo dudase que, si podía, si me llagaba la oportunidad, cogiese la Ducati oficial. Y acertó. Bueno, claro, lleva toda la vida a mi lado, entrenando conmigo y me conoce mejor que nadie. Tal vez ahora me diría que cambiase de moto”, suelta Marc antes de una tremenda carcajada.
Marc y Àlex Márquez repitieron ayer, por quinta vez este año, primero y segundo en el podio. / ALEJANDRO CERESUELA
“Por supuesto que le dije que, si le llegaba la oportunidad, no podía rechazarla, pues estaba convencido de que Marc, con esta moto, volaría”, señala Àlex, de 29 años, a su lado. “Es cierto que él estaba acostumbrado a jugárselo todo con la Honda, que exigía un pilotaje agresivo, casi de pelea constante con la moto y puede que, en ese sentido, no se viera capaz de pilotar fluido con la Ducati”.
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Pero el ‘Pistolas’ no lo dudó e insistió en que Marc debía fichar por Ducati oficial, sí o sí. “Esta Ducati no tiene nada que ver con la Honda. No es que sea mejor o peor, no hablo de eso, hablo de que, si quieres ganar con la Ducati, debes pilotar al revés que con la Honda. Si la maltratas, no irás bien. A este Ducati hay que acompañarla, bailar con ella y Marc lo entendió desde el primer día que se subió a ella. Si tú le das a Marc las mismas armas que a los demás, es imposible ganarle, imposible. Y es lo que está ocurriendo este año”.
Papeles cambiados
“Yo sabía”, se mete Marc en la charla, “que Àlex haría una gran temporada, lo sabía, lo que nunca me imaginé es que cogiera el rol que yo pensé portagonizaría ‘Pecco’ (Bagnaia), es decir, ser mi principal rival en la pelea por el título. He de reconocer que yo los veía con los papeles cambiados, ‘Pecco’ detrás de mí y Àlex, tercero o así”.
“Y, ya ves, después de una operación, llega a Sachsenring y se sube al podio, perdón, vuelve a quedar segundo detrás de mí”, sigue comentando Marc. “Es una auténtica bestia, se ha machacado estos días porque no quería perderse este fin de semana y, cuando tienes tantas ganas, tantas, la adrenalina te permite sentir menos el dolor y vas a por todas, sacando fuerzas de donde parece que ya no queda nada”.
«Marc estaba acostumbrado a pelearse con la Honda para ganar. A la Ducati, si la maltratas, no irás bien. A esta moto hay que acompañarla, bailar con ella y Marc lo entendió desde el primer día. Y si tú le das a Marc las mismas armas que tienen los demás, es imposible ganarle».
“Por descontado que estoy muy contento y orgulloso de lo que hemos hecho este fin de semana, pues aquí hay un gran trabajo de todos, del doctor que me operó, de los fisios, del doctor Ángel Charte, de mi equipo, de mí, claro, y, al final, la recompensa ha sido mucho mayor, mucho mayor, de lo que esperaba”, añade Àlex. “Nunca imaginé y lo dije al llegar a Sachsenring el jueves que iba a poder pelear con los de delante”.
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Àlex confiesa que, de cara a Brno, las cosas no pueden cambiar mucho pero, bueno, “cuatro días más de descanso y recuperción seguro que ayudarán para no sentirme tan rígido sobre la moto y que todo fluya más natural, que es lo que ha hecho que, en las diez últimas vueltas, se me agarrotase un poco el brazo izquierdo porque no iba cómodo, fluido, sobre la moto”.
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