Distintas versiones de la felicidad

Valentín, amigo del colegio, organiza una vez al año y desde hace un tiempo un fiestorro. En realidad, y para ser precisa, es «el fiestorro». Sólo hay uno. Y es el suyo. La cita tiene todo lo necesario para triunfar: anfitriones perfectos y de generosidad desbordante, buena música, una organización que parece el resultado de una clase magistral de Excel, comida, bebida y la que la hace inigualable: los amigos del colegio.

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