Hace más de una década que la urbanización ‘Mirador de Agridulce’, junto al campus de Espinardo de la Universidad de Murcia, está ‘en punto muerto’. Pero el Ayuntamiento se ha puesto manos a la obra para acomodar la zona mediante la ejecución de avales, un proceso lento, según detallaron fuentes del Consistorio a La Opinión, pero que ya comienza dar frutos.
El proyecto de la fase 1, valorado en cerca de 650.000 euros, ya está redactado. Próximamente, será aprobado en Junta de Gobierno y saldrá a licitación, informó la vicealcaldesa y concejala de Fomento y Patrimonio, Rebeca Pérez, a esta Redacción.
La actuación responde a las peticiones de la asociación vecinal de la zona, entre las que destaca una no muy convencional. En marzo, tras cinco meses advirtiendo sobre un socavón a la entrada de la urbanización, en la calle Ramón y Cajal, los residentes de la zona decidieron ‘crear a una víctima’, de la que solo se veían los pantalones y los zapatos, boca abajo, tras haber ‘caído’ en el agujero.
En esta primera fase se creará una rotonda en la calle Rosalía de Castro y se repararán aceras y calzadas. Asimismo, para prevenir nuevas pérdidas de adoquín, se generarán cunetas para evitar las consecuencias de las escorrentías. Además, la primera fase también contempla la instalación de un sistema de iluminación LED.
Zonas verdes
Las zonas verdes tendrán un gran protagonismo, sobre todo, con la recuperación del jardín de la calle Juan de la Cierva, que actualmente cuenta con una gran pendiente que impide que los vecinos puedan disfrutar del espacio.
El jardín, con una superficie de 7.000 metros cuadrados, «está llamado a convertirse en un gran pulmón verde que sirva como punto de encuentro, esparcimiento y disfrute, para lo que se dotará en la segunda fase de mobiliario urbano y elementos de ocio», resaltaron desde el Consistorio.
Asimismo, se plantarán árboles en las aceras existentes y en la nueva rotonda, así como arbustos y una zona de pradera. A esto se une el sistema de riesgo por goteo que permitirá «el mayor aprovechamiento del agua por la aplicación en las proximidades de las raíces, excepto en la zona de pradera, en la que se realizará a través de aspersores», explicaron fuentes municipales.
El agua es un recurso escaso y de gran valor ambiental, señalaron desde el Ayuntamiento, por lo que «se tendrán en cuenta las necesidades hídricas de cada planta, adaptando tanto la instalación como el riego a los requerimientos específicos de las mismas», matizaron.
La primera fase del proyecto tiene un plazo de ejecución de 6 meses desde la fecha del Acta de Comprobación del Replanteo, y se centra en que se ejecuten las actuaciones necesarias para que se cumplan los estándares exigidos para recepcionar las obras por parte del Ayuntamiento, que será el encargado del mantenimiento.
La segunda fase se pondrá en marcha «tan pronto como se termine el procedimiento de ejecución de los avales que aún no han sido ejecutados», especificaron fuentes del Ayuntamiento.