la gran y versátil labor de Salvamento Marítimo

Sorprenden la velocidad de vértigo y la absoluta precisión. La Salvamar Fénix navega a todo trapo. Por la popa se acerca el helicóptero Helimer. Desde la aeronave lanzan la línea de guía, un cable que funciona como un cordón umbilical. El helicóptero y la embarcación quedan unidos. Un rescatador desciende por ese cable y llega a la Fénix. Recoge a la «víctima», inmovilizada en una camilla, y la sube al Helimer. Todo en cuestión de segundos. Es un simulacro, sí. Un «simulacro dinámico», aclaran los tripulantes de la Salvamar Fénix.

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