Cada mes de julio, la naturaleza nos regala un espectáculo celeste lleno de simbolismo: la Luna del Ciervo, nombre que recibe esta luna veraniega, ha dejado impresionantes imágenes en la Vega Baja. Ha sido el fotógrafo José A. Barberá el encargado de capturar el momento exacto en el que este imponente satélite se situaba sobre el Santuario de Nuestra Señora dle Pilar, en la sierra de Benejúzar.
¿Por qué se llama “Luna del Ciervo”?
A esta fase de la luna en julio se la bautizó como «Luna del Ciervo» en las culturas nativas americanas. Los americanos observaron que en este mes los ciervos machos empiezan a desarrollar una nueva cornamenta y, al ser un momento clave del ciclo natural que marcaba a su vez el crecimiento de los cultivos de verano y la plenitud de la época estival, se le dio un nombre que la distinguiera en el calendario.
Aunque el nombre no tiene un origen científico, se ha mantenido en el tiempo como parte del folclore lunar que asigna un apodo distinto a cada luna llena del año: la Luna de Nieve en febrero, la del Gusano en marzo, la del Maíz en septiembre… y en julio, la del Ciervo.
En los municipios de la Vega Baja, con menor contaminación lumínica en comparación con las grandes ciudades, esta luna se puede ver y fotografiar con gran nitidez. Además, la sierra de Benejúzar, que se alza a unos 400 metros de altitud, con la «corona» del Santuario de Nuestra señora del Pilar, ofrece uno de los marcos más privilegiados para contemplar estos fenómenos astronómicos.
El año pasado, esta misma luna dejaba una impresionante fotografía captada en la isla de Tabarca.
Fotógrafos «de cabecera» de la NASA
De lunas y astros sabe mucho el astrofotógrafo eldense Jordi L. Coy, cuyas fotografías han dado la vuelta al mundo y han sido compartidas por la NASA en varias ocasiones. Una de las últimas imágenes virales del fotógrafo se observa en el multimedia que acompaña a este artículo, una impresionante luna llena tras la Estatua de la Libertad de Nueva York: «Realicé un trayecto en solitario de casi dos horas, cruzando medio Manhattan para tomar un ferry hacia Nueva Jersey. Desde allí, a 2,5 km de la estatua, se produjo la alineación perfecta entre la Luna y el monumento, exactamente a las 19:48 h», explicó a este periódico.
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