Con más de 70 millones de habitantes, Tailandia se ha convertido en uno de los destinos de vacaciones preferidos por los españoles. Solo hay vuelos directos entre Madrid y su capital, Bangkok. La mayoría de las rutas incluyen una escalda en ciudades europeas, como Frankfurt o París, con aerolíneas como Lufthansa o Air France, o de Medio Oriente (Doha, Dubai o Abu Dabi).
Sus playas paradisíacas de aguas turquesas, sus templos budistas, su gastronomía exótica y su arquitectura lo convierte en un país atractivo para pasar 15 días de vacaciones —es el tiempo mínimo para disfrutar de su cultura, naturaleza y playas—. No existen restricciones de entrada a Tailandia, pero desde el pasado 1 de mayo, todos los viajeros extranjeros deben cumplimentar (tres días antes de su llegada) la Tarjeta Digital.
Aunque los hospitales privados «son de alto nivel», desde el Ministerio de Asuntos Exteriores recomiendan «encarecidamente» viajar con un seguro médico cuya cobertura sea lo más amplia posible.
En Tailandia, hay una alta incidencia de enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH. Además, hay una alta prevalencia de dengue, sobre todo en épocas de lluvias —que van desde mayo a noviembre— y se recomienda el uso de repelentes para evitar contraer malaria y virus del Zika, transmitido por mosquitos infectos.
Recomendaciones para viajar a Tailandia
Los turistas que lleguen al país ubicado en el sureste asiático, deben tener en cuenta una serie de medidas para evitar una interrupción del viaje por problemas de salud.
Se recomienda beber agua embotellada o previamente filtrada o tratada. Se aconseja comer verduras y frutas previamente lavadas con agua y algún desinfectante y/o peladas.
El calor, especialmente en las regiones del interior, puede provocar deshidratación. Se aconseja mantenerse siempre hidratado y protegido del sol. Además, desde la Asociación Española de Vacunología (AEV) explican qué vacunas están recomendadas antes de viajar a Tailandia.
Bangkok, la capital de Tailandia / Freepik
Qué vacunas necesito ponerme
- Fiebre amarilla: solo es obligatoria para aquellos viajeros procedentes de un país donde la enfermedad es endémica (no es el caso de España).
Aunque no es una enfermedad letal, sí es potencialmente mortal. En los casos más graves, los pacientes con fiebre amarilla pueden sufrir hemorragias, insuficiencia hepática, renal e incluso un fallo multiorgánico. No todas las personas experimentan síntomas, el periodo de incubación va de los tres a los seis días.
Se aconseja ponerse las siguientes vacunas para protegerse durante el viaje:
- Hepatitis A: una inflamación del hígado que puede causar morbilidad de moderada a grave.
- Fiebre tifoidea: enfermedad infecciosa potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella Typhi.
Y las que se deben administrar en situaciones especiales, dependiendo del tipo de viaje, duración, actividades o condiciones médicas:
- Hepatitis B: puede causar inflamación y daño al hígado.
- Encefalitis japonesa: afecta al sudeste asiático y es transmitida por mosquitos.
- Cólera: si se planean estancias largas en zonas rurales que tienen malas condiciones de higiene.
- Rabia: endémica en el país, por lo que se recomienda si se realizan actividades al aire libre o con interacción con animales.
- Gripe: esencial para personas con enfermedades crónicas o inmunodeprimidas.
- Neumocócica: protege contra 13 tipos de neumococo que causan enfermedades graves en niños y adultos.