El Real Madrid no tardó en darse un golpe de realidad en las semifinales ante el PSG en el Mundial de Clubes. El conjunto blanco afrontaba el partido con ganas de demostrar que lo que se había visto del equipo ante la Juventus y el Borussia Dortmund no era un espejismo.
Con la idea de jugar de tú a tú al campeón de Europa y con las bajas sensibles de Huijsen y Alexander-Arnold, Xabi Alonso planteó el partido con un tridente novedoso, formado por Mbappé, Vinicius Jr y Gonzalo García, dejando a Fede Valverde como lateral derecho y a Asencio y Rüdiger como pareja de centrales en la zaga.
La baja de Huijsen antojaba vital para el Madrid. El internacional español no solo le ha dado tranquilidad defensiva a los blancos y poderío en el juego aéreo, sino que además ha sido un baluarte en la salida de balón del equipo, que ha mejorado considerablemente con respecto a la pasada campaña.
La ausencia del central no tardó mucho en notarse. A los 10 minutos de partido, el Real Madrid ya perdía 2-0 (y podían haber sido más goles de no ser por un milagro de Courtois, con dos errores graves, impropios de jugadores de este nivel, de Antonio Rüdiger y Raúl Asencio.
En el minuto 5 de partido, Asencio trató de controlar dentro del área un centro de Doue. El canario estaba solo, pero la pelota se le fue demasiado larga y luego tardó una vida en intentar despejar con la izquierda. Tiempo suficiente para que Dembélé se anticipara a Tchouameni, llegara a la pelota y la jugada terminara en gol de Fabián.
Solo tres minutos después, fue el turno de Rüdiger. El alemán controló en una jugada sin peligro, casi en el centro del campo, pero golpeó al aire y no al balón al intentar pasársela a Asencio. La presión de Dembélé volvió a ser demoledora. El francés aprovechó el clamoroso fallo de su rival para plantarse solo ante Courtois y encarrilar el partido.
Por si fuera poco, el ex del Chelsea también se equivocó en el tercer gol, saliendo de zona por completo y dejando en bandeja una triangulación al PSG, que aprovechó el descosido en la zaga blanca para que Fabián firmara su doblete.
Los errores individuales de Rüdiger y Asencio destrozaron el partido del Madrid, pero cabe decir que Luis Enrique también tuvo mucho mérito. La presión que diseñó ante ambos y la implicación de sus futbolistas provocó los fallos, con un Dembélé muy destacado.
Además, la posición de falso ‘9’ de la estrella del equipo parisino volvió locos a ambos, que nunca supieron cuándo salir de posición y cuándo quedarse en el sitio.