Reducir las emisiones contaminantes no solo es cuestión de motores. Aunque parezca mentira, el desgaste de los neumáticos también libera partículas al ambiente, un problema al que hasta hace poco se prestaba poca atención pero que ya forma parte de la agenda regulatoria europea. En este escenario, Michelin ha vuelto a situarse como referencia en un campo clave para la sostenibilidad: la reducción de partículas generadas por la abrasión del neumático.
Según el último estudio del ADAC, los neumáticos de la marca francesa emiten de media un 26% menos de partículas que los productos equivalentes de otras marcas del segmento premium. El competidor más cercano aún emite un 20% más por kilómetro recorrido y tonelada transportada.
Vehículo equipado con neumáticos Michelin / Michelin
Pero Michelin no ha sacrificado las prestaciones por la sostenibilidad. La menor abrasión de sus neumáticos se compagina con unas prestaciones constantes a lo largo de toda la vida útil del neumático, combinando durabilidad, bajo consumo de materias primas y seguridad.
No es casualidad que Michelin logre estos resultados. Detrás hay más de dos décadas de trabajo enfocado en entender y minimizar la abrasión generada por el contacto continuo del neumático con el asfalto. Solo entre 2015 y 2020, la marca consiguió reducir en un 5% las emisiones de desgaste en sus productos, lo que equivale, en volumen acumulado, a 100.000 toneladas de partículas evitadas en ese periodo.
Algunos de los neumáticos más recientes de Michelin ya ilustran bien el impacto de estas innovaciones. Por ejemplo, el Primacy 5 genera un 14% menos de partículas que su predecesor, el Primacy 4+. Y en el segmento All Season, el nuevo CrossClimate 3 Sport, con certificación 3PMSF para uso invernal, consigue reducir en un 23% las emisiones por desgaste frente al Pilot Sport 5, su equivalente de verano.

Michelin ADAC / Michelin
Estos avances tienen detrás un importante respaldo en I+D. Solo en 2024, el grupo invirtió 786 millones de euros en investigación y desarrollo, una cifra que refleja el peso estratégico que tiene la innovación en su hoja de ruta.
Pero la ambición de Michelin no se limita a diseñar neumáticos más eficientes. También trabaja en comprender a fondo qué ocurre con las partículas generadas. A finales de 2023, la marca anunció la creación del BioDLab, un laboratorio conjunto con el CNRS y la Universidad Clermont Auvergne. Este centro de investigación estudia cómo se comportan las partículas de desgaste una vez liberadas al entorno, y cómo podrían volverse bioasimilables mediante soluciones químicas o materiales más avanzados. Se trata de una aproximación científica que va más allá del diseño de productos, buscando soluciones con impacto medioambiental real.
Michelin se avanza a las restricciones
En julio de 2024, Europa aprobó la nueva normativa Euro 7, que incluye por primera vez límites medibles a las emisiones de partículas procedentes del desgaste de los neumáticos. El objetivo es frenar un problema que ya genera en torno a 500.000 toneladas de residuos anuales solo en el viejo continente. Cuando entre en vigor, la Euro 7 exigirá que todos los neumáticos vendidos en Europa cumplan ciertos estándares de emisiones por abrasión. Los que no lo hagan, no podrán comercializarse. Con esta nueva regulación en el horizonte, contar con tecnologías que minimicen el desgaste se convierte en una ventaja competitiva decisiva.
La ventaja de la marca francesa es que lleva años adelantándose a ese escenario, no solo con productos concretos sino con un enfoque de desarrollo a largo plazo. Y si algo deja claro el estudio del ADAC, es que esa apuesta por la innovación responsable está dando frutos medibles.