Lo que a continuación se relata es fruto de la experiencia vivida estas últimas semanas durante el Mundial de Clubes que se disputa en EEUU y que afronta su fase final y decisiva en New Jersey, con las semifinales PSG – Real Madrid y Fluminense – Chelsea. A lo largo de estos días hemos seguido al Real Madrid a través de cuatro ciudades. Además de en Nueva York, hemos viajado a Charlotte, Filadelfia y Miami. En total, más de 7.100 kilómetros que deberían haberse traducido en 12 horas y media de vuelo si todo hubiese marchado sobre lo previsto en el país que también acogerá el Mundial de selecciones en 2026. Entre tormentas y calor, dos de los males a los que hay que sumar un nuevo enemigo.
Un ticket de 12 dólares como compensación
Lo previsto en el tráfico aéreo de EEUU es lo imprevisto. En los vuelos internos que hemos realizado nos hemos integrado a la perfección entre los 335 millones de habitantes de un país donde la cancelación y retraso de un trayecto es rutina. Solo hace falta ver la decena de trabajadores que atienden en el aeropuerto de Miami detrás de un mostrador llamado ‘Rebooking center’ (centro de reprogramación de vuelos) de American Airlines, la principal compañía del país. Están tan acostumbrados los viajeros a que esto les pase que no se escucha un grito en una cola que tiene siempre 30 personas.
Algunos se van antes de tiempo, desesperados y porque les compensa más tomar el vuelo retrasado que reclamar una compensación. En algunos casos, como el que sufrimos para ir a Charlotte, con más de seis horas de retraso, ponerse en la fila es una forma de matar el tiempo. Si llegas hasta el final te ofrecerán varias opciones. La primera consiste en un ‘voucher’ (ticket) de 12 dólares. Tal y como están los precios en los aeropuertos esta mínima compensación te servirá para comprar un par de bolsas de frutos secos.
Después está la opción de unirte a la subasta de las listas de espera. Es decir, en caso de que no quieras esperar al vuelo que se ha demorado, puedes pedir que te apunten en otra numerosa cola que te permite entrar en otro avión si hay algún viajero que decide no subirse al mismo. Una imagen habitual, pero que se extrema en los aeropuertos norteamericanos. «¿Pasa esto todos los días?», pregunta uno entre curiosidad y resignación. La respuesta que encuentra es muy directa: «Toooooooooodos los días».
Junio y agosto, meses críticos para volar en EEUU
Uno sabe cuando entra en el aeropuerto, pero no cuando llegará a su destino en un país donde las distancias son enormes y, por tanto, el avión es imprescindible. De acuerdo con la Administración Federal de Aviación (FAA), cada día se realizan alrededor de 45.000 vuelos en el espacio aéreo estadounidense. En 2024, hasta 2,9 millones fueron transportados cada día. En este cómputo se incluyen vuelos comerciales de pasajeros; de carga; aviación general, así como jets privados. En horas pico, aproximadamente pueden estar simultáneamente en el aire dentro del espacio de EEUU.
Esto provoca que, cada vez que se produce un retraso, sea por el motivo que sea, todo el plan de vuelos sufre modificaciones. Durante nuestra estancia en el país que vive el Mundial de Clubes y acogerá el Mundial 2026, hemos padecido dos de cinco trayectos demorados. Es decir, el 40% de los desplazamientos que hemos realizado han estado afectados por alguna incidencia en la peor época del año para viajar en EEUU. La mayoría de cancelaciones y demoras se producen entre junio y agosto, especialmente alrededor de festivos como el 4 de Julio que nos tocó vivir de cerca.
Los motivos de cancelación que expresan las compañías son diversos. En nuestro caso, se aludieron temas técnicos y problemas en el tráfico aéreo, al superar la capacidad que tienen los aeropuertos para asumir semejante número de trayectos. En la cola para buscar una reubicación en otro vuelo se escuchan otros motivos como la falta de personal, un problema heredado de la pandemia que afecta a controladores, tripulación y pilotos. Efectivamente, hay vuelos sin pilotos asignados en algún caso de este panorama asumido, pero surrealista.
Hasta 6.000 vuelos atrasados cada día
Entre las ciudades más afectadas por los 6.000 retrasos que se sufren al día -siendo el 30% en algunos aeropuertos- están Nueva York, con sus tres bases: JFK, LaGuardia y Newark; Chicago O’Hare; Atlanta; Dallas/Fort Worth y Denver. De estas, Nueva York, Atlanta y Dallas serán sedes del Mundial 2026 y dos lo han sido del Mundial de Clubes 2026, donde hasta los equipos como el Real Madrid han sufrido alteraciones en sus planes de viaje. La logística del torneo de equipos nada tendrá que ver con el operativo que se desplegará para la cita de selecciones, que también se jugará en México y Canadá. Las cancelaciones oscilan entre el 2% y el 5% del total diario. El punto muerto que ya obliga a repensar toda la estrategia.
Frente a los 32 participantes que hay en el Mundial de Clubes, en la Copa Mundial del próximo año habrá 48 selecciones. Y no solo eso, la diferencia de atractivo y seguimiento entre los dos torneos organizados por la FIFA será abismal. Mientras que en el que celebra su final el próximo fin de semana se han tenido que bajar los precios de las entradas, en el de equipos nacionales se producirán desplazamientos masivos. Esto provocará una mayor demanda y número de partidos, por lo que podría darse un efecto dominó que solapase encuentros en la fase de grupos.
Esto puede afectar en el descanso de los jugadores y alterar los planes de los hinchas de las selecciones. Será un inconveniente que se sumará a los problemas que han generado en el Mundial de Clubes el calor y las tormentas eléctricas. El torneo de equipos ha servido de ensayo general para pensar si las selecciones europeas tienen que jugar siempre en su ‘prime time’, que coincide con las 15:00 o las 16:00 de EEUU. Donde habrá una difícil negociación será en el protocolo por tormentas eléctricas que obligó a parar durante horas cinco encuentros por protocolos federales. Un cóctel de incidencias que marcará el evento más importante del deporte, junto a los JJOO, que también se celebrarán en suelo americano en Los Ángeles 2028.