Tercer lunes consecutivo en el que la actualidad del país se concentra en el Tribunal Supremo. Si hace dos semanas acudían el exministro de Transportes José Luis Ábalos y el que fuera su asesor Koldo García a tirar de una manta que finalmente no se movió, la sorpresa del lunes pasado sí fue mayúscula al terminar la mañana, pues el exdirigente socialista Santos Cerdán terminó subido en un furgón dirección a la prisión de Soto del Real en Madrid. Este lunes es el turno del empresario Joseba Antxon Alonso, administrador de Servinabar y amigo personal de Cerdán. Este empresario se ha revelado como una figura política clave, pero además es pieza fundamental del engranaje de la presunta corrupción. Junto a él declarará también Fernando Agustín Merino, extrabajador de Acciona.
Apenas existen fotografías de Antxon Alonso, a pesar de que el propio coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, confirmó a finales de la semana pasada de que fue él quien intermedió para que se reuniera con Cerdán, entonces dirigente del Partido Socialista Navarro. Otegui, eso sí, ha dicho que no lo conocía anteriormente, pero eran del mismo pueblo y quiso hacer de vínculo.
De Alonso se sabía poco o nada antes del último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que lo coloca en el centro del entramado de corrupción que presuntamente construyó Cerdán para amañar contratos y quedarse con mordidas a través de sus influencias en el Ministerio de Transportes. El exdiputado, sin embargo, dice que lo único que ha construido son gobiernos progresistas.
En cualquier caso y más allá de la fotografía que todo el mundo espera del empresario entrando en el Supremo lo importante es saber qué estrategia seguirá. Para ello, se ha protegido no con uno, sino con tres abogados distintos –un letrado y dos letradas– que han anunciado al alto tribunal que liderarán su defensa. Todos ellos, colegiados en Pamplona.
El papel importantísimo de Alonso viene dado por su empresa Servinabar 2000 S.L. y un documento privado que lleva la firma del empresario y del exdiputado por la que el primero le transfiere al segundo el 45% de las participaciones. La UCO encontró este papel en la vivienda de Alonso, pero Cerdán aseguró en el Supremo que el documento no tenía validez porque nunca se llegó a elevar a escritura pública. «Si se lee sin apriorismos se puede comprobar que tiene el lenguaje propio de un documento preparatorio de notaria, ‘les identifico¡, ‘tienen a mi juicio capacidad’, ‘esta escritura’… lo firmamos como compromiso de futuro. Y luego más adelante lo dejamos sin efecto rompiendo los dos originales», indicó el exsecretario de Organización ante el juez.
Los investigadores sostienen que se adjudicaron distintos contratos de obra pública a Servinabar que acudía en UTE (Unión Temporal de Empresas) con Acciona sin que realmente aportaran un valor añadido. Se unían, sólo para llevarse el dinero público, según la investigación. Y una vez conseguían la adjudicación pagaban mordidas.
Cerdán reconoció ante el juez Leopoldo Puente que había vivido en Madrid en un piso a nombre de Servinabar en 2017, pero lo enmarcó en su amistad con Antxon Alonso. «Me cuenta que la empresa Servinabar va a disponer de un piso pequeño en la capital porque él tiene que bajar a menudo. Aquí empieza una situación transitoria de convivencia, compartiendo un piso diminuto e instrumental para los dos, de 40 metros en Cardenal Cisnero. Tenía una habitación, el otro dormía en el comedor. Pagábamos 800 euros al mes de alquiler hasta que ya más tarde, al año siguiente, cuando me vine a vivir a Madrid mi mujer y mi hija buscamos un piso más grande», explicó.
Es relevante también la relación entre Antxon y Koldo García, pues este último trabajó durante unos meses en su empresa. Los tres se conocían. En las conversaciones que la Guardia Civil encontró en el móvil del exasesor ministerial, este se desahoga con su exmujer criticando a Anxton y Cerdán. «Santos otra vez me la ha liado», le dice. «Lo peor es que está con guipuzkua [Antxon] (sic). Y se lo va a llevar a comer o cenar ya verás y la va a cagar». «Pues a Barriguitas [Ábalos] no le conviene juntarse con Guipu», advirtió la expareja de Koldo. «Pero me la pela, quiero lo mío y me voy», dijo él en marzo de 2018, cuando todavía no habían aterrizado en el Gobierno.
Acciona
La cita de este lunes es doblemente importante porque acude también Fernando Agustín Merino Vera, extrabajador de Acciona que es otra de las empresas salpicadas por este ‘caso Koldo’. En la investigación el papel de esta constructora está todavía por esclarecer si bien parece bastante claro que estaba detrás presuntamente de varios amaños con los que untaba a los políticos. Es difícil de explicar por qué la UCO no realizó un registro en esta compañía y sí lo hizo en el resto de las que se nombran en el último informe incorporado al sumario.
El documento policial apunta a una reunión que Ábalos tuvo con el presidente de la compañía, José Manuel Entrecanales, y con el consejero delegado de su división Acciona Infraestructuras, Luis Castilla Cámara, celebrada el 30 de julio de 2018, «apenas dos meses después del nombramiento» del político valenciano como ministro de Transportes.
Los agentes destacan que Koldo y el directivo de Acciona Fernando Merino mantuvieron contactos desde Navarra. En 2021 la empresa despidió a este trabajador que hoy podrá dar su versión ante el juez Puente.
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