El Chelsea se ha caracterizado en la época moderna por ser un club comprador. Con esa vocación entró en 2003 en el accionariado Roman Abramovich. Fue un cambio de orden en la historia de la entidad, que se convirtió en un imán para grandes fichajes. Ahora bien, siempre mantuvo símbolos de identidad como Terry o Lampard. En la actualidad, con Todd Boehly al frente, el único hilo conductor con la estabilidad es Reece James, capitán por lógica, al ser un jugador salida de la cantera que supera la temporalidad de menos de dos años que afecta a la institución que acaba de ser multada por la UEFA con 31 millones de euros por infringir las normas de control financiero.
Hasta 60 millones de multa si reincide
La penalización, que puede convertirse en 60 millones en caso de que el Chelsea reincida en los próximos años, no va a frenar la fiebre inversora de un club que basa su modelo en comprar y vender. El mejor ejemplo del turbocapitalismo en el fútbol, con un gasto en fichajes en el último trienio que ha superado los 1.500 millones de euros, por los 450 que ha logrado en ventas para un total de gasto neto que supera los 1.000 millones. Ningún club ha protagonizado un dispendio similar que ha provocado situaciones insólitas como del gimnasio del Chelsea donde los jugadores se chocaban entre sí.
A pesar de la salida de fondos, la sociedad londinense reportó en la temporada 2023/2024 unos beneficios antes de impuestos por valor de 128 millones de libras (151 millones de euros, al cambio actual), que supusieron una importante mejora con respecto a la pérdida de 90 millones de libras que había registrado en el ejercicio anterior. De ahí que Boehly dé por buena su gestión. No ha recibido la misma consideración por parte de la UEFA. El organismo que preside Ceferin dictó la sanción tras concluir que el club había registrado pérdidas excesivas e ingresos no válidos.
El Chelsea habría superado el límite financiero al destinar más del 80% de los ingresos a salarios, fichajes y agentes. La sanción inmediata será de 31 millones de euros, desglosada entre 20 por ingresos no justificados y 11 por el coste de la plantilla. La multa condicional, es decir, en caso de reincidir, añadiría a la cuenta otros 60 millones. La infracción, que corresponde a los ejercicios 2022/2023 y 2023/2024, ha llevado al campeón de la Conference a firmar un acuerdo de cuatro años para estar en la regla antes de la temporada 2028/2029.
Más de 240 millones gastados este verano
Tendrá más facilidades para cumplir con las exigencias gracias a su buena marcha en el Mundial de Clubes. Según los datos oficiales de premios, el Chelsea ya ha acumulado 63 millones por llegar a semifinales, donde se enfrentarán al Fluminense brasileño. Si llegan a la final, sumará otros 26 millones de euros mientras que en caso de conquistar el torneo alcanzarán 34 más, hasta un total de 123 millones de euros. Una cantidad fresca para seguir agitando el mercado, como han hecho en la ventana extraordinaria de transferencias del Mundial de Clubes.
Solo en este verano, que todavía no ha terminado, el Chelsea ha invertido 243,77 millones de euros, con compras como la de Jamie Gittens (64,3 millones); Joao Pedro (63,70); Liam Delap (35,5); Essugo (22,27) o Estevao (34). Esto provoca situaciones tan imprevistas como que el último de la lista anotase un gol en cuartos con el Palmeiras ante el que será un nuevo equipo. Después mantuvo una conversación con sus nuevos compañeros, que a su vez son nuevos en el club. No entendió prácticamente nada de lo que le dijo Cole Palmer.
Igualmente, es difícil de comprender la planificación deportiva del Chelsea a la que Enzo Maresca ha dado todo el sentido del mundo. El ayudante de Guardiola llegó en junio de 2024 y en su primera temporada ha mejorado los números de Pochettino. Boehly respira al fin y se siente satisfecho por la oportunidad de mercado que se encontró cuando Abramovich tuvo que vender el club por sus vínculos con el poder de Rusia en plena crisis con Ucrania. Además de conquistar la Conference ante el Betis, ha devuelto a Champions a un Chelsea que ha terminado la Premier al alza y con el empuje necesario para luchar por el primer ‘Super Mundial de Clubes’.