Todo iba sobre ruedas para Pedro Sánchez. Ya había inaugurado la Cumbre de la ONU en Sevilla y preparaba la comparecencia conjunta con el secretario general, Antonio Guterres. De repente, estalló la bomba. El Supremo había enviado a prisión a su exnúmero 3, Santos Cerdán.
La noticia corrió como la pólvora en el gigantesco centro de prensa. Rápidamente se formaron corrillos entre los periodistas nacionales, que buscaban algún tipo de reacción del PSOE.
Tendría que esperar unos minutos, porque a las 14:15 comparecía el propio Pedro Sánchez, que tuvo que preparar las preguntas en torno a su exnúmero 3.
Lo ratificó hace solo siete meses, en un Congreso también celebrado en Sevilla. Aquel evento pretendía fortalecer su liderazgo cuando se comenzaban a acumular en el juzgado los casos.
Ahora, la prisión provisional de Santos Cerdán le ha estallado a Sánchez en una cumbre ideada para reforzar su perfil internacional y el de su Gobierno.
Hasta seis ministros estuvieron presentes en la inauguración del evento. Ante una sala llena de mandatarios el presidente defendió la necesidad de «alzar la voz» ante los que quieren convencer al mundo de que «la rivalidad y la competencia van a marcar el paso de la humanidad».
La atención cambió de rumbo
Todo quedó eclipsado cuando el Tribunal Supremo decidió enviar a prisión a Santos Cerdán. En ese momento hablaban presidentes como el de Estonia en el plenario de la Cumbre y la atención viró de rumbo.
La pregunta se coló en una rueda de prensa en la que pasaron a un segundo plano sus discursos a favor del multilateralismo y de la necesidad de activar medidas concretas para ayudar a los países más pobres.
En dos ocasiones, porque hubo incluso una repregunta, Sánchez se limitó a decir lo mismo. «Ya actuamos con contundencia. Se apartó a Santos Cerdán. Es el momento de la Justicia», decía.
En su segunda alusión a los hechos añadió algo más. Puso en valor las medidas adoptadas por los socialistas cuando se publicaron los informes de la UCO y señaló directamente al PP al afirmar que otros partidos «no asumen ningún tipo de responsabilidad en casos similares».
Los ministros, expuestos
La decisión del Supremo ha expuesto las contradicciones del PSOE. Lo evidenció María Jesús Montero, obligada a responder sobre el tema cuando inauguraba un nuevo edificio de la Comisión Europea en Sevilla.
Pese a que semanas atrás puso «la mano en el fuego por Cerdán», en esta ocasión, se expresó en unos términos muy diferentes. La vicepresidenta se refirió a ello como «un asunto que no tiene nada que ver con el PSOE«.
Igualmente, también aludió a la «contundencia» con la que ha actuado el partido y, al igual que Sánchez, dejó el asunto en manos de la Justicia.
El envío a prisión de Santos Cerdán, señalado por Anticorrupción como «jefe» de una organización criminal, es un duro golpe para el PSOE en sí mismo, pero también lo es por el momento en el que se conoce.
Llega en una cumbre donde Sánchez busca asumir el liderazgo de la cooperación internacional y con la gran mayoría de sus ministros participando en los eventos paralelos. Este martes llega a Sevilla Yolanda Díaz.
Todos los miembros del Gobierno estarán expuestos al tema en cada una de sus apariciones. Es una semana que pretendía situar a España como el centro del mundo.
Sin cambios drásticos
Pese a ello, desde el PSOE consideran que el encarcelamiento de Cerdán no supondrá «ningún cambio drástico» en la hoja de ruta de los próximos días. Ya aparece en el horizonte el Comité Federal del próximo 5 de julio.
Fuentes del partido reconocen la dureza del golpe, aunque, según indican, no les ha pillado por sorpresa. Entienden la prisión de su exnúmero 3 como la consecuencia de los informes de la UCO.
No obstante, recuerdan que el presidente ya pidió perdón y se tomaron medidas «en paralelo» para demostrar a la ciudadanía que ya no existe ninguna relación entre el partido y su ex secretario de organización.
Mientras, insisten en lo ya aludido por Sánchez para lanzar la ofensiva contra el PP. Consideran que les diferencia de los populares la forma de reaccionar «con contundencia» a los casos de corrupción. Y en ello seguirán abundando.
Sea como sea, el encarcelamiento de Santos Cerdán es una nueva losa para el Gobierno de Sánchez, justo cuando buscaba reforzar su perfil internacional.
Las preguntas sobre corrupción estarán en el aire a lo largo de toda la Cumbre de la ONU en Sevilla, donde, en su primer día, al menos desde España, se ha hablado de todo menos de desarrollo sostenible.