Una exigencia al Gobierno de España de más de 12.600 millones de euros. Esta es la cifra en la que están valoradas las inversiones que corresponden al Estado desglosadas en el Plan Endavant para la Reconstrucción de Valencia, presentado este lunes.
El coste total del plan, elaborado por el vicepresidente segundo y conseller para la Recuperación, Francisco José Gan Pampols, está cifrado en 29.000 millones de euros. Del total, 14.500 corresponden a la Generalitat Valenciana. El resto, a ayuntamientos y entidades públicas compartidas.
En el salón de En Corts del Palau de la Generalitat que ha acogido la presentación se encontraba el comisionado del Gobierno de España para la Reconstrucción. La colaboración entre ambas administraciones será determinante para que la ambiciosa iniciativa llegue a materializarse.
Se trata de un proyecto elaborado en siete meses que se basa en cuatro ejes principales. Incluye propuestas de actuaciones tanto en infraestructuras hidrológicas esenciales que afectan al barranco del Poyo y el río Magro, como de formación en protocolos de emergencias equiparables a los que tiene Japón ante las alertas de terremotos o tsunamis.
En su intervención inicial, el presidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón, ha calificado el primer bloque de ‘Revolución de las infraestructuras’. «Es imprescindible actuar en zonas de más riesgo», ha advertido Mazón.
Las actuaciones incluyen la incorporación de tanques de tormentas que permitan «gestionar grandes volúmenes de agua y lluvia», que también permitan reducir la presión en el alcantarillado (especialmente afectado tras la dana en los municipios que sufrieron la dana).
También propone al Gobierno central analizar conjuntamente el estado de carreteras y puentes que no soportaron la cantidad de agua que trajo consigo la riada y acabaron colapsando.
En segundo lugar, y de forma paralela, el Plan prevé un segundo eje (Revolución de la prevención) dedicado, principalmente, a mejorar el monitoreo y análisis de los sistemas de atención temprana. Una medida que les permita poder tomar decisiones con la antelación suficiente «ante situaciones de riesgo».
«Proponemos, además, la realización de un test de estrés para cada cuenca o subcuenca para identificar zonas de riesgo elevado ante temporales extremos», ha anunciado el presidente de la Generalitat Valenciana. Asimismo, la puesta en marcha de programas para proteger a personas y bienes.
En este punto, también integra la realización de una DIA individualizada de cada barranco y contar con sistemas de alerta temprana «como los que tiene el Ebro» y que a día de hoy no tiene el Júcar. «Son capaces de predecir con 48 horas de antelación, pero aquí no», ha advertido Mazón.