Los fines de semana de verano son largos en las ciudades del interior como Zaragoza, Huesca o Teruel. El calor aprieta, no da ninguna tregua y las piscinas, el aire acondicionado de tu salón o un centro comercial suelen ser los únicos planes para poder sobrevivir a unas temperaturas cercanas a los 40 grados. Por lo tanto, muchos ciudadanos buscan una escapada de un día sin salir de Aragón y descubrir alguno de los encantadores pueblos que se esconden en los rincones de las tres provincias.
Aunque las playas de la Costa Dorada de Tarragona y el fresco del norte de España inviten a muchos aragoneses a coger su coche para marcharse fuera de la comunidad, hay muchos otros que prefieren conocer las localidades aragonesas que están consideradas entre las más bonitas del país.
El turismo interior ha crecido en Aragón en los últimos años y los ayuntamientos se han lanzado a intentar atraer a cada vez más visitantes a sus localidades. Se trata también de una medida para luchar contra la despoblación, un fenómeno que ha afectado con dureza a la comunidad en los últimos años dejando muchos pueblos al borde de la desaparición.
También es verdad que todos los pueblos aragoneses ‘recuperan’ población durante los meses de verano. Emigrantes que vuelven con sus familias para ver a los abuelos, gente que viene invitada a pasar las fiestas y turistas que se dejan caer por cualquier pueblo de Zaragoza, Teruel o Huesca.
Otro de los factores que puede provocar que un viajero se interese por tu pueblo es algo tan básico como el nombre. Un conductor va circulando por la carretera cuando lee en un cartel el desvío hacia una localidad y decide cambiar su ruta porque la toponimia de la población le ha resultado graciosa. En Aragón, hay pueblos con nombre de país como Andorra o La Cuba, también hay algunos tan simples como Cosa, otros no religiosos como Atea y algunos muy literarios como Libros.
Arcos, pasadizos y portales
En pleno Matarraña encontramos también un pueblo medieval de aquellos donde parece no avanzar el tiempo que comparte el nombre con un paraíso mediterráno. Cretas es una localidad de la provincia de Teruel de menos de 600 habitantes donde retrocederás a la Edad Media en cuanto pongas un pie en su casco urbano. Se trata de un pueblo lleno de arcos, pasadizos, plazas y portales con un aire renacentista y gótico situado entre Calaceite y Valderrobres.
El monumento más impresionante de Cretas es sin ninguna duda la Iglesia de la Asunción, un templo gótico renacentista al que puedes llegar desde la calle Mayor de la Villa. Una arteria principal de la localidad turolense donde te sentirás rodedado de casonas de piedra y balcones de hierro. Siguiendo el camino aterrizarás en la plaza Mayor del pueblo donde destaca una columna que capitaliza la atención de cualquier visitante.
En la punta de este elemento central, que tuvo otra ubicación en el pasado, se exponían las cabezas de los reos ajusticiados. Desde aquí podrás observar algunos edificios muy señoriales como el Ayuntamiento o el hotel Villa de Cretas. Otro edificio que merece la pena del pueblo de Cretas es la Casa Turull, que pertenecía a la familia del mismo nombre encargada de construir parte del pueblo.
Plaza Mayor de Cretas / TURISMO DE ARAGÓN
Otro de los puntos turísticos del municipio de Cretas es el poblado íbero de Els Castellans que conserva impresionantes estructuras defensivas y de fortificación que sirvieron de protección a la clase aristócratica que poblaba el asentamiento.