La ciencia de ver las moscas volar…

Josep Pla / Anónima

… aunque sea liando un cigarrillo para llegar a encontrar el adjetivo correcto, da igual. En sus variadísimas temáticas, Josep Pla hasta discurre argumentos en contra de que las extranjeras de los 60’s vayan descalzas por Palamós, observando traviesamente lo terriblemente improcedente de acabar encontrando algún resto animal indeseable. No hacía mucho que había dejado dicho que se debían abrir en el Empordá grandes escuelas de agricultura, que era muy urgente y ponía el ejemplo de la granja de Monells de aquellos días. Decía que el payés no pintaba nada y puso de ejemplo unas enormes espigas de trigo que habían conseguido los italianos, «hem d’anar cap aquí», claro, fascinado e ignorante de poner las manos en la tierra para trabajar. El hábito no hace al monje aunque sea la boina que lleva el mejor autor del siglo XX catalán. La biogenética ya había empezado en la Unión Soviética en el primer tercio del siglo pasado, nada original su propuesta pues ya ven en el presente cómo ha ido evolucionando y en manos de quién. Basta ver las formas que adquieren los frutos que adquirimos en los mercados para comprender que esos postulados finalmente han sido transversales y han ocupado la política empresarial de cualquier modelo social.

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