Jesús «El Vasco», el único sospechoso de la muerte violenta de la gijonesa Susana Sierra, ingresó ayer en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Durante su declaración ayer ante la magistrada, el presunto autor del crimen no se reconoció como responsable de los hechos e hizo hincapié a la hora de rechazar «cualquier tipo de relación sentimental» con la víctima. Por el momento, de hecho, no se prevé que el caso pase a manos del juzgado de violencia de género, si bien la delegada de Gobierno, Adriana Lastra, reivindicó ayer que sea un juzgado especializado en violencia machista quien lleve la causa. Susana Sierra, de 49 años, desapareció a inicios del mes pasado y su cuerpo fue hallado este martes en el domicilio del ahora encarcelado. Estaba guardado en una bolsa, dentro de un contenedor de basura, y cubierto de tierra. Como señaló ayer LA NUEVA ESPAÑA, la autopsia ha confirmado signos de estrangulamiento en el cuerpo, que presentaba también un golpe craneal. La familia de la víctima aseguró ayer a este diario que la fallecida era «muy buena chica» y «vulnerable». «Estuvimos buscándola por todo Gijón, desde La Providencia al Monte Areo», señalaron.
El arrestado pasó ayer a disposición judicial a primera hora de la mañana y poco después, a las diez, Fiscalía solicitó su ingreso provisional en prisión, una petición que justificaba como medida cautelar y al apreciar riesgo de fuga, por un posible delito de homicidio o asesinato. La titular del Juzgado número 4 de Gijón, en funciones de guardia el día que se descubrió el cuerpo sin vida de la víctima, se ocupó de tomar declaración al detenido, si bien esta causa se sigue bajo secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción número 2, que inició las diligencias por desaparición de lamujer cuando su entorno familiar alertó de su desaparición en mayo.
Jesús «El Vasco», que el pasado miércoles sufrió un episodio de desarreglo mental con síntomas compatibles con la psicosis, vivió la jornada de ayer también con «altibajos», según fuentes cercanas al detenido, si bien éstas añaden que finalmente sí pudo declarar ante la magistrada. En esa intervención, el hombre en ningún momento se reconoció como el autor de los hechos –pese a ser hoy el único sospechoso del crimen y haberse hallado el cuerpo de la mujer en su domicilio– e hizo especial hincapié en desvincularse de Susana Sierra.
«Ha negado cualquier tipo de relación sentimental con la víctima», informaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), que explicaron también que esa posible relación amorosa «tampoco se ha acreditado judicialmente que existiera hasta el momento», motivo por el cual «no está previsto, de momento, la inhibición en favor del juzgado de violencia».
La tipología del caso
Unas horas después, Adriana Lastra reivindicó esta inhibición y aseguró que la vinculación machista del crimen está «atestiguada». Lo que es evidente es que el caso, por ahora, muestra dudas en cuanto a su tipificación. A fecha de ayer, y hasta nuevo aviso, se investiga como un delito de homicidio. La Fiscalía que pidió su ingreso en prisión era también la que estaba de guardia y no la de violencia de género.
Las pesquisas sí han podido confirmar, sin embargo, que la muerte de Susana Sierra fue violenta, ya que su cuerpo presentaba signos de asfixia y una fisura craneal compatible con haber recibido un golpe en la cabeza. Por las primeras exploraciones de la autopsia, se sospecha también que la víctima hubiese podido ser maniatada y, por el estado del cuerpo, se estima que su muerte se produjo hace más de un mes. El cadáver, guardado en un contenedor de basura mediano que el encarcelado tenía en su casa, había sido cubierto por tierra o arena.
El entorno familiar de la víctima, por su parte, manifestó ayer que Susana Sierra era «muy buena chica», pero también «vulnerable» por los «problemas» con los que la gijonesa había tenido que lidiar a lo largo de su vida y por los que había recibido «tratamiento». Se sabe también que Jesús «El Vasco» padece problemas de drogadicción. Ayer aseguraban haber tratado de dar con ella por todos los medios, buscándola «por todo Gijón».
Estos mismos allegados, por lo demás, sí parecen estar convencidos de la relación sentimental entre Sierra y el ahora encarcelado: aseguran que la gijonesa lo había conocido a través de la participación de ambos en una ONG dedicada entre otras labores a acompañar a personas en riesgo de exclusión social.
Añaden también estas mismas fuentes del entorno de la víctima que ella y el sospechoso llevaban juntos «solo unos meses» , pero recalcando que se trataba de una relación sentimental. Aseguran, además, que pocos días antes de desaparecer la gijonesa sufrió un duro golpe en su vida personal, el fallecimiento de su madre, y que su entorno había creído que había sido esa pérdida la que había motivado su marcha. Otras fuentes del entorno de la víctima ya habían señalado que Sierra había dejado a su marido por «El Vasco» recientemente.
La desaparición de Susana Sierra a inicios de mayo motivó el comienzo de una investigación liderada por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev). En un primer momento las pesquisas barajaron una posible desaparición voluntaria, pero los testimonios de la familia y allegados de la víctima, al señalar que la mujer había dejado a su marido por otro hombre a quien había conocido hacía poco en grupos de terapias de desintoxicación, permitieron poner el foco sobre Jesús «El Vasco».
Así fue como el ahora encarcelado fue arrestado este lunes, después de que la investigación fuese apuntando de manera cada vez más directa hacia él. Tras un registro en su vivienda autorizado por el propio implicado, el cuerpo de Susana Sierra apareció en el citado cubo de basura y en las circunstancias ya descritas, confirmando los peores presagios.
Pese a que el hombre por ahora no reconozca la autoría del crimen, la investigación lo señala como el único sospechoso de un delito que, de acuerdo a los primeros resultados de la autopsia, confirman la hipótesis de una muerte violenta. Las dudas que aún existen en el entorno de la investigación sobre la vinculación machista del caso se muestran por lo tanto más firmes en cuanto a la autoría del crimen.
Salud mental inestable
El hombre sufre problemas de drogadicción y de salud mental y, seguramente motivado en parte por su arresto y el registro de su domicilio, había sufrido este miércoles una indisposición en la que parecía mostrar síntomas de psicosis, motivo por el cual fue tratado en calabozos. En la jornada de ayer, esa misma situación se mantuvo, con «altibajos» a lo largo de la mañana que hicieron que por momentos se mostrase «tranquilo y colaborador» y, por otros, más agresivo o con actitudes incoherentes. Ha estado en todo momento custodiado por la Policía, que acompañó ayer al dispositivo de la Guardia Civil encargado de su traslado y desalojo del Palacio de Justicia, conscientes todas las autoridades de la inestabilidad del sospechoso y lo imprevisible de su actitud.
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