River Plate y Boca Juniors han firmado un Mundial de Clubes muy decepcionante / EFE
Tras el empate entre Benfica y Boca Juniors de la primera jornada del Mundial de Clubes, se empezó a desatar la locura. Antes, Palmeiras había puesto en aprietos a un equipo Champions como el Porto. Los reyes de Portugal no podían con los equipos sudamericanos, y el continente entero, con todo el derecho del mundo, alzaba la voz. Era el momento de creérselo.
Fluminense también sacaba pecho empatando ante el Borussia Dortmund, mientras que Flamengo, River Plate y Botafogo sumaban los tres puntos ante Espérance Tunis, Urawa Red Diamonds y Seattle Sounders. Resultados muy esperanzadores para Sudamérica, que con su característica garra y entrega, se estaba adueñando de un Mundialito que sabía lo que era el alma y la pasión gracias a ellos.
Las palabras de Luis Enrique, que aseguraba que los europeos iban a dominar, escocieron. Mucho. El técnico del PSG no hizo más que exponer una realidad incuestionable: los mejores futbolistas del planeta terminan en clubes europeos. También los nacidos en Sudamérica, claro. Claudio Echeverri, Franco Mastantuono… promesas de River, pero con billete de salida a Europa.
El fútbol siempre reparte humildad. El empate de Monterrey ante el Inter, el pinchazo del PSG frente a Botafogo o la caída estrepitosa de gigantes como el Porto o el Atlético de Madrid dejaban claro que aquí nadie gana por decreto. Aunque, si de batacazos hablamos, Argentina se llevó uno muy importante.
Cuatro equipos brasileños en octavos. Impecables. Monterrey, también dentro. Pero los argentinos… todos fuera. Boca Juniors, que emocionó en su debut ante Benfica, firmó un bochorno histórico al empatar con un Auckland City amateur, sin profesionales… y sin complejos. “Les metemos 15”, decían los hinchas en la previa. No llegaron ni a dos. El 1-1 fue un baño de realidad helado. Edinson Cavani quiso restarle importancia, pero no hay excusa posible. Boca volvió a casa antes de tiempo. El equipo había decepcionado totalmente a una afición que hizo esfuerzos de todo tipo para estar en Estados Unidos.
No le fue mejor a River Plate, el eterno rival que tanto celebró el fracaso de su archienemgo. El ‘Millonario’ empezó fuerte venciendo a Urawa Reds, pero perdió ante el Inter de Milán en el partido que lo decidia todo. El 2-0 fue lo de menos. La imagen fue pésima: Montiel expulsado, Acuña desquiciado, objetos lanzados desde la grada… El mal perder de unos pocos eclipsó la fuerza de una afición que, sin duda, ha sido una de las mejores de este Mundialito, pero como la del ‘Xeneize’, subestimó demasiado a sus rivales. Irónicamente, los mismos que veían a Monterrey como un simple trámite, no pudieron superarlo en el duelo directo (0-0). Además, los mexicanos sí puntuaron contra el subcampeón europeo, con un 1-1 que supo a poco. El rival «débil» les acabó enseñando cómo se compite de verdad.
Con los batacazos de Boca y River, Europa ya domina a Sudamérica. Sudamérica tiene a cinco clasificados para los octavos (Palmeiras, Botafogo, Flamengo, Monterrey y Fluminense). Europa, a siete (PSG, Benfica, Bayern, Chelsea, Inter, Dortmund, City y Juventus), a falta de lo que hagan Madrid y Salzburgo. Si algo hemos aprendido en esta fase de grupo, es que no hay que cantar victoria antes de tiempo. Queda mucho torneo. Pero si hay algo claro, es que los verdaderos ganadores son los que saben gestionar las derrotas.