Santiago vivió este jueves una escena poco habitual: el eurodiputado del PP y vicepresidente del Parlamento Europeo, Esteban González Pons, cambió el atril político por la narrativa de ficción para presentar Libro de pecados, una novela que transita entre pasiones, conspiraciones y crímenes políticos.
El acto, en el Real Aeroclub compostelano, contó con la presencia destacada de la cúpula del PP gallego —incluido el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda— y sirvió para que el político valenciano mostrara su lado literario, en un relato que comienza con una exalcaldesa muerta en circunstancias sospechosas y la detención de un político que desencadena la trama. “La idea es: ¿los políticos se enamoran entre ellos? Pues sí, como en cualquier otra profesión”, confesó Pons, que echa mano de la autoficción para construir a su protagonista, Pecados, un alter ego que, asegura, tiene mucho de él mismo.
Asistentes a la presentación de la nueva novela de González Pons en Santiago / Antonio Hernández
Referencias a la actualidad
Con humor y sin evitar referencias a la actualidad, González Pons se describió como un “animal mitológico”: “Soy el único político que escribe ficción en España”. Lamentó también que en el país apenas existan relatos que traten la política con tono épico o heroico, huyendo del esperpento o de la sátira, y comparó su obra con una versión literaria de las series Borgen, House of Cards o The West Wing.
A pesar de que había prometido no hablar de política, acabó ironizando sobre las investigaciones de la UCO en el caso de las comisiones ilegales que salpica al PSOE: “La UCO escribe novelas mucho mejores que yo”, dijo entre risas, citando expresamente a José Luis Ábalos. Y entre comentarios más o menos serios, soltó otra reflexión provocadora: “Todos sabemos que los políticos tienen relaciones sentimentales con personas fuera de la política, pero casi nunca se cuenta lo que pasa cuando se enamoran entre ellos”.
Con Libro de pecados, González Pons propone un vistazo distinto al poder y a sus engranajes: entre la realidad y la ficción, donde las pasiones no entienden de ideologías.