Varios países aprovecharon la reciente Conferencia sobre los Océanos celebrada por la ONU en Niza (Francia) para anunciar la creación de nuevas áreas marinas protegidas, incluyendo España. Tratan con ello de dar cumplimiento al objetivo lanzado por Naciones Unidas de llegar al año 2030 con el 30% de la superficie marina protegida. Ahora bien, ni ese 30% significa una garantía total para preservar los océanos, ni (lo que es peor) el mundo está avanzando para llegar a tan moderado porcentaje.
De hecho, según un estudio que han dado a conocer Dynamic Planet y National Geographic Pristine Seas, persiste una gran diferencia entre lo que realmente está protegido por ahora y ese objetivo del 30%. En concreto, según dicho trabajo, solo cuenta con algún tipo de protección el 8% de los océanos de los Tierra, y no siempre se trata de una protección total.
Para lograr el objetivo marcado, deberían crearse 85 nuevas áreas marinas costeras protegidas (AMP) cada día hasta el año 2030
Los autores de la investigación consideran que, para acortar la larga diferencia que permanece hasta el 30%, deberían crearse 85 nuevas áreas marinas costeras protegidas (AMP) cada día hasta el año 2030. El estudio calcula que el mundo necesita alrededor de 190.000 pequeñas AMP en zonas costeras, además de 300 grandes AMP en aguas marinas remotas para cumplir el objetivo 30×30.
Banco de peces en mar abierto / Greenpeace
«Nuestro análisis, que abarca más de 13.000 AMP en todo el mundo, reveló rápidamente lo retrasado que va el mundo» en esta materia, afirma Juan Mayorga, coautor del estudio y científico de datos marinos en National Geographic Pristine Seas. «El número exacto de AMP adicionales necesarias depende de su tamaño y de los criterios que se interpretan como un área verdaderamente protegida, pero la escala del desafío es innegable», añade en declaraciones recogidas por Euronews.
Y es que hay muchos tipos de Áreas Marinas Protegidas y su régimen jurídico y normativo varía mucho. Algunas de ellas están totalmente protegidas y prohíben la pesca, los sondeos y otras actividades extractivas, lo que realmente permite que la vida marina se desarrolle sin impactos humanos.
No todas las Áreas Marinas Protegidas son igual de restrictivas; algunas incluso permiten la pesca de arrastre
En cambio, otras AMP permiten un uso limitado y sostenible de los recursos, como la pesca a pequeña escala o el turismo regulado. Pero mantienen restricciones para preservar hábitats y ecosistemas frágiles como arrecifes de coral, praderas marinas y zonas de reproducción de peces, tortugas y otras especies. Finalmente, existen otras AMP con unas restricciones muy relajadas, llegan a permitir incluso la pesca de arrastre, lo que es objeto de duras críticas por las entidades conservacionistas.
Áreas protegidas solo sobre el papel
Para el objetivo del 30% de océano protegido en 2030 se necesitará la implicación directa e inmediata de países con extensas costas y territorios marinos como Indonesia, Canadá, Rusia y Estados Unidos.

Hay AMP en las que se puede practicar la pesca de arrastre, actividad muy dañina para el fondo marino / Agencias
Las mayores necesidades se dan en Asia Oriental y el Pacífico, donde se necesitan 102 AMP grandes y 75.000 pequeñas. Por otra parte, se necesitan un total de 65 AMP grandes y 33.000 pequeñas son necesarias en Europa, el sur de Asia y el Triángulo de Coral, una región de gran biodiversidad que abarca Indonesia, Malasia y Papúa Nueva Guinea, entre otros.
Países como Australia, Chile, Francia y el Reino Unido ya han superado el umbral del 30% de protección para sus aguas. Ahora bien, en muchos casos se trata de regulaciones que son difíciles de observar en la vida real y, a menudo, se limitan a permanecer sobre los documentos oficiales.
Por ejemplo, Francia y el Reino Unido lo han conseguido recurriendo en gran medida a la creación de AMP en sus territorios de ultramar, lo que genera dudas sobre su aplicación efectiva. Muchas de las zonas protegidas existentes tampoco son eficaces. En la Unión Europea, el 80% de las AMP existentes carecen de una gestión adecuada y ofrecen una protección mínima frente a las actividades humanas perjudiciales.
El problema está tan extendido que los gobiernos de muchos países e incluso la propia UE se enfrentan a acciones legales por permitir prácticas pesqueras perjudiciales como la pesca de arrastre de fondo en estas zonas.
Los nuevos compromisos adquiridos en Niza
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos fueron varios los países que anunciaron la creación de nuevos espacios marinos protegidos.
Colombia, uno de los países que ya ha superado el objetivo del 30%, anunció la protección de dos de los arrecifes de coral más remotos del mar Caribe. Juntas, las nuevas AMP de Serranilla y Bajo Nuevo abarcan 3.800 kilómetros cuadrados y albergan una rica biodiversidad.

Los países han anunciado nuevas áreas protegidas, pero no es suficiente / Agencias
El Gobierno de Tanzania anunció la designación de dos nuevas AMP en aguas de gran biodiversidad frente a la isla de Pemba. La Zona de Conservación del Noreste de Pemba y la Zona de Conservación del Sureste de Pemba abarcan juntas más de 1.300 kilómetros cuadrados y protegen arrecifes de coral vitales, praderas marinas, manglares y el hábitat de tiburones y rayas amenazados.
Y el presidente de la Polinesia Francesa, Moetai Brotherson, anunció la creación de la mayor AMP del mundo, que abarca casi 5 millones de kilómetros cuadrados. Una vez implementada, la designación salvaguardará 220.000 kilómetros cuadrados cerca de las Islas de la Sociedad y 680.000 kilómetros cuadrados cerca de las Islas Gambier.
También España anunció la creación de seis nuevas AMP, una de ellas al norte de Menorca para proteger una importante ‘guardería’ de cachalotes en esta parte del Mediterráneo. El porcentaje nacional ya alcanza el 21%.
Ahora bien, la mayoría de los países ni siquiera han esbozado cómo piensan cumplir el objetivo 30×30. «El ritmo de implantación de las áreas marinas protegidas es totalmente inadecuado para lo que el mundo necesita», afirma Enric Sala, coautor del estudio y fundador de National Geographic Pristine Seas.