Dicen y hay demasiadas pruebas que demuestran que es así, cueste lo que cueste y sea el reto que sea, que Marc Márquez logra todo lo que se propone. Ciertamente, su trayectoria deportiva no deja duda de ello. Es más, si hablas con él, afirma que ha conquistado muchísimas más cosas de las que soñaba, lo que no dice es si todo lo que ha ganado formaba parte de un plan a 20 años vista, es decir, desde los 12 a los 32.
Me temo que estamos ante uno de esos retos que ni siquiera poseer ocho títulos mundiales y toda una compañía de imagen, eventos y representación, como la agencia Vertical, le permitirá conseguir lo que se propone. Hasta ahora, sí, pero ya empieza a complicarse (y mucho) la cosa. Y los que llevamos muchos años en esto, estamos convencidos de que ni Marc, ni Àlex, ni Vertical y todo su personal, muy profesional, lograrán culminar su idea.
Los hermanos Marc y Àlex Márquez, que quieren llevar, dirigir, tutelar, aconsejar, conducir, perdón, pilotar, la carrera de un muchacho de 17 años, llamado Máximo Quiles (10 de marzo de 2008, Murcia), pretenden alejarlo de los medios (o casi), mantenerle con los pies en el suelo (de momento, probable) y que se hable poco de él (materialmente imposible, así de sencillo).
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Poco ruido, por favor
Los Márquez Alentá temen que el ruido, la gloria, la fama, la pomposidad, el eco, las apariciones en TV y medios de comunicación, las redes sociales, “todo lo que comparta una innecesario distracción”, como repite constantemente el ocho veces campeón del mundo de motociclismo, “estropeen una carrera que, de momento, no puede ser mejor, más brillante y exitosa, pero esto solo acaba de empezar y sería estupendo que, incluso los medios de comunicación, no solo él, su familia, el estupendo equipo de Aspar sino, también, también, los medios, sean conscientes de ello”.
Los Márquez creen que la mejor manera de crecer es en medio del silencio. El ruido te despista, piensan ellos. “Y yo estoy totalmente de acuerdo”, dice el chavalito tras convertirse en el piloto español nº 61 que gana un gran premio del Mundial, “aunque todos sabemos que es inevitable pasar desapercibido. Lo que no es imposible es compartir algo de ruido con mantener los pies en el suelo, eso es cosa mia, de mi familia y de mi equipo, que es buenísimo, empezando por Jorge Martínez ‘Aspar’ y terminando por Nico Terol”.
«No quiero que el ruido, la fama,que hablen tanto de él, le distraiga. Máximo es joven, muy bueno, pero está empezando. Necesita divertirse sobre la moto, fluir en la pista, y lo peor que le puede pasar es que se distraiga con la popularidad. Le queda mucho»
Máximo Quiles, que asegura no tener nada que ver con su protector Marc “aunque seguir sus pasos sería la mejor manera de llegar a cumplir el sueño de ser campeón de MotoGP”, está imitando, con una sagacidad y, sobre todo, celeridad y precocidad tremenda, nunca vista, los logros, las conquistas, del campeón de Cervera (Lleida).
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Quiles, que luce el dorsal 28 y pilota una KTM, fue derrotado, en Motorland (Aragón), por David Alonso, por 50 milésimas de segundo, es decir, algunos centímetros. Antes de subir al podio, Marc le abrazo y le dijo: “Tú tranquilo; ahora, en Mugello, te toca a ti: gana”.
Máximo Quiles señala el nº 1 tras conseguir, en efecto, la victoria en Mugello. / ALEJANDRO CERESUELA
“Sí, sí, así me lo pronosticó, ¡que tío!”, reconoce Quiles, que derrotó sobre la misma línea de meta del trazado de la Toscana a Álvaro Carpe, es decir, por 6 milésimas de segundo. Pero es que hay más. Esa victoria de Quiles es la misma que logró Marc, en 2010, también en Mugello. Es decir, Quiles gana su primer GP en el mismo circuito donde lo ganó su maestro.
¿Quieren más coincidencias? Es un clon, es el tercer hermano, el ‘peque’, de la familia Márquez Alentá. Quiles había conseguido ya su primera ‘pole position’ en el mismo trazado, Le Mans (Francia), que la había logrado Marc. Y, ¡ojo!, conquistó su primer podio en el mismo país que Marc: Inglaterra. Márquez se subió al podio de 125cc en Donington y Máximo, en Silverstone.
«Yo no soy Marc, soy Máximo Quiles y, sí, sueño con repetir lo que ha hecho Marc, pero hay tanta distancia entre nosotros que lo único que quiero es seguir aprendiendo de él, de Aspar y Terol, de todos los que me ayudan a mejorar cada día»
“No sé si esta locura de que voy cumpliendo las mismas etapas que Marc forma parte del ruido que él no quiere que exista a mi alrededor y lo entiendo, pues las coincidencias son tremendas y, sin duda, por qué negarlo, me siento muy orgulloso de ello, pero de ahí a compararme con él ¡por favor!, ¡por favor!”, explica el piloto de Murcia, que reconoce que “los murcianos queremos comernos el mundo y luchamos por todo”, cuenta al hablarle de Carlitos Alcaraz y Pedro Acosta.
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Paso a paso
“Marc me ayuda horrores y está muy pendiente de mí, tanto como mi equipo y si ves todo lo que ha pasado él hasta llegar donde está, piensas que a mí me queda aún un montón de años de aprendizaje aunque, claro, estando a su lado todo parece más fácil”, insiste Quiles, que ¡más ojo!, en solo cinco carreras, ha logrado una victoria, tres podios y una ‘pole’, parece imposible.
“El futuro está aún muy lejos, vivamos el presente y ¡ojalá! pueda cumplir todos mis sueños que son parecidos a los de Marc. De momento, como él, me encanta hacer disfrutar a los demás y que los míos sean felices con lo que hago y cómo lo hago”, comenta con la misma sonrisa, bueno, carcajada, que utiliza Marc para redondear su última travesura.
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